Todo había ido demasiado bien para ser verdad, los ingredientes de la cena estaban todos listos, la casa estaba arreglada e impecable y por supuesto todos estaban libres para la noche, cosa que era muy poco posible. Pero claro, alguien tenía que estropear su parte.
El nuevo gato de Loren había destrozado el árbol de navidad y como la navidad al parecer no es nada sin un árbol para la mayoría del grupo, tuvimos que sacar palillos para ver quien iba a comprar uno de emergencia.
— Ok, repítelo una vez más — digo despacio poniendo el teléfono en altavoz para que el resto de los chicos escuchara.
— Demonios Raggedy me estoy muriendo aquí — los dientes de Wyatt castañeaban lo suficiente para que se escucharan a través de la llamada — me perdí — suelto la risa dejándole el teléfono al conejito para echarme sobre Drake en el sofá.
— El lugar no puede medir más de un kilometro cuadrado — responde el moreno abrazándome con el ceño arrugado.
— Oh bien, díselo a mi trasero congelado, Lewis — mi preciosidad de novio rodó los ojos y escondió el rostro entre mi cabello y mi abrigo de lana.
— Busca tus pisadas en la nieve, Wyatt — Jane se sienta junto a Loren y toma el teléfono.
— ¿Cómo no lo pensé?, oh si... ¡ya no están! — chilla tan duro que despierta a Mike de su siesta en la mecedora de la esquina — sabía que no tenía que venir solo, soy un niño, los niños no pueden andar por ahí sin compañía, Liv eres la peor madre del mundo — lloriquea haciéndome sentir mal por ver tan graciosa la situación.
— Ok, probabilidad para ver quien va por el bebé — Jude se tapa los ojos y da tres vueltas antes de señalarme "al azar".
— Vaya, que democrático — la miro mal y ella se encoge de hombros.
— Es tu mejor amigo — se defiende volviendo a la cocina.
— Bien — me arrastro fuera de los brazos calentitos de Spretnat y este se levanta segundos después porque es el mejor pinche novio del mundo y no me dejaría ir sola aunque esté haciendo un frío de los mil inviernos.
Nos envolvimos de esa forma empalagosa como en las películas. Yo le puse su bufanda y él me tapó hasta los ojos con el gorro de lana de Jane, Después fuimos al auto y él condujo mientras yo trataba de poner el aire caliente porque estaba congelándome las manos.
— ¿Tus padres no se enojaron porque no vas a pasar navidad con ellos? — la pregunta hace que se tense un poco pero toma una de mis manos y la envuelve entre la suya.
Amaba que hiciera eso.
— Les dije que pasaría año nuevo con ellos — dice sin dejar de mirar al frente y hago una mueca sin poder evitarlo, eran nuestras primeras fiestas como pareja y por culpa de Jane y el conejito tenía la esperanza de besarlo en año nuevo, ya saben, como en los cuentos de hadas — eso, si vienes conmigo — alzo la mirada de nuestras manos unidas a su perfil, estaba sonriendo de lado.
— No creo que a tu familia le haga gracia...
— No te atrevas a poner excusas, Olivia Chase — me regaña haciéndome reír, por alguna razón ahora cada vez que se hacía el duro me mataba de la risa — mis hermanos te adoran, algo que aún me desconcierta, mis tíos te admiran por como mandaste a la mierda a tu madre y lo más importante — desvía la mirada por un segundo hacia mi — ver la cara que pondrá mi padre será el mejor regalo de navidad que podrías darme — ahora ambos soltamos la risa. Ese hombre había sido una horrible persona conmigo hasta que supo de quien era hija, después de eso contactó a Cruela para hablar de "negocios" sobre ya saben que; imaginen mi sorpresa al ver que la muy infeliz estaba dispuesta a venderme como vaca al mercado. Por suerte la herencia de mi abuela se liberó cuando cumplí los veinticuatro y ahora puedo pagar la estadía de mi papá y lo que quedaba de mis estudios.
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¡A la mierda las etiquetas!
RomanceOlivia Chase es una chica alocada y divertida, muy distraída en cuestiones sociales, pero una genio en la universidad. Drake Lewis es apartado, poco amigable, serio y de rasgos duros. Pero por alguna razón, cuando un profesor los une para que ella l...