¡A la mierda las etiquetas!

Extra 2: Bye bye, Cruela

Tres semanas de gracia. Eso fue lo único que me dio la condenada bruja de descanso después del accidente antes de llamarme para una sesión de fotos en una reserva forestal a hora y media de viaje en auto. 

Drake se ofreció a cuidar de Wyatt y Loren mientras estaba fuera aunque no le gustase la idea de que fuera con mi progenitora por dos días a trabajar como su esclava, y mucho menos en mi condición.

El auto llegó a las detestables seis de la mañana y por tener que arreglarme me desperté como a las cuatro de la madrugada. Lo bueno es que pude dormir en el auto y recuperar un poco el descanso que no tuve por quedarme hasta tarde hablando con Wyatt, si no iba a recuperar su memoria al menos haría lo posible para que se sintiera cómodo en su piel sin sentirse extraviado.

Mantuve mi sonrisa toda la mañana pese a los comentarios venenosos de la bruja sobre Drake y mis amigos. Al sol de la una de la tarde me cambié por ropa más veraniega para la sesión, con cuidado maquillaron mi cicatriz en curación para poder quitarla con fotoshop después y como ya era un hábito esperamos a que Cruela se terminara su ensalada para continuar.

 Mi teléfono sonó un par de veces antes de que contestara alejándome un poco del set montado, con la esperanza de que no me saltara un mono en la cara o algo.

— ¿Hola? — les miento si les digo que había buena recepción así que tuve que subirme a las raíces de un árbol gigantesco para poder escuchar bien la voz masculina al otro lado de la línea.

— Señorita Chase, le hablamos del despacho legal Wickton — hice una mueca agarrándome de una rama para tener mejor equilibrio.

— Ah, de acuerdo... 

— Tenemos entendido que ha cumplido los veinticuatro años y que está por terminar una carrera universitaria. 

— Sip, toda una meta — algo se mueve en un arbusto a unos metros de mi y estrecho los ojos rogando porque no sea un puma.

— Señorita Chase, lo que trato de notificarle es que ya ha cumplido con los requisitos de la señora Aurora Chase, puede venir a firmar los papeles cuando guste.

— Aurora... ¿mi abuela? — no sé que me cayó encima primero, si la comprensión de lo que el abogado trataba de explicarme o la ardilla que saltó a mi espalda y me lanzó derechito a un matorral.

 .

Volví con una enorme sonrisa y hojas por todas partes, se me habían pegado en el cabello por culpa del peinado pero aun así era la mujer más feliz del planeta.

— ¿Qué demonios te pasó? — murmura entre dientes Cruela al verme llegar de vuelta y casi solté una carcajada.

— Una ardilla me atacó — me reí entre dientes al ver su expresión de eterno horror, pero no por preocupación por mi, sino por la ropa que había arruinado.

— Dios mío, ¿estás bien? — Maggie corre en mi auxilio pero la detengo antes de que quede entre el fuego cruzado.

— Estoy perfectamente mujer.

— ¡Alguien tráigale la ropa de la segunda sesión!, en serio niña, no me des más trabajo. 

— No te preocupes mami querida, no volveré a ponerte trabajo en absolutamente nada — me quito los tacones y se los doy a Maggie — ya llamé a Drake, está de camino para recogerme — mi mirada no dejó en ningún momento la mirada furiosa de la mujer que me dio a luz.

— No hemos terminado aquí y tenemos una fiesta de gala esta noche —rechina los dientes y la veo presionar tanto sus puños que se le ponen blancos al rededor de la carpeta que sostenía.

— Yo ya terminé, fueron veinticuatro años de seguirte la corriente, pero ya no más — conforme mi emoción aumentaba su paciencia disminuía.

— Olivia, estás actuando como una demente — algunos de los presentes nos miraban atónitos y otros hasta grababan con su teléfono.

— No, no, tu eres la que siempre actuó como una demente, haciéndome estudiar como una maldita máquina, aprendiendo sobre tus clientes para agradarles, Dios eres tan patética que no puedes hacerlo por ti misma — solté una risa falsa — se te acabó tu títere de cortos hilos.

— ¡Olivia! — alcancé a tomar su brazo antes de que lograra darme en la cara con su mano, Maggie soltó un grito ahogado al ver que la mujer quiso pegarme.

 — No volverás a ponerme una mano encima — siseo mirándola con desprecio y la empujo un poco al soltarla. Me saco las horquillas del cabello y caminando hacia atrás me alejo de ella alzando los brazos a los lados — soy libre, ya no necesito tu maldita tutela Cruela — sus ojos chispearon furiosos mientras me subía a uno de los carritos de golf que habíamos usado para llegar a ese punto — ¡será un gusto no volver a verte la cara en lo que queda de mi vida! — piso el acelerador y suelto un grito vikingo de victoria por el sendero que llevaba a la salida. Poco después dejé de escuchar el furioso berrinche de Elizabeth Stone.

¡Era libre!

Dejé el carrito en la entrada y me quedé al menos una hora sentada en una parada de autobús hasta que un auto se aparca frente a mi y Drake abre la puerta del pasajero desde dentro. Me metí con una sonrisa de oreja a oreja y tomé sus mejillas para darle un beso ruidoso en la boca.

— ¿Qué pasó ahí dentro? — me mira curioso y yo me encojo de hombros aún sonriendo mientras me pongo el cinturón de seguridad.

— Tenemos que ir a un despacho de abogados — respondo moviendo mis cejas haciendo que me vea aún más confundido.

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Para las tres de la tarde el video de mi liberación ya rondaba por todos los medios de la moda, hasta la tía de Drake lo llamó para felicitarme. Al parecer ni ella ni su esposo se habían comprado la actuación de Stone.

Después de asegurarme de cuanto precisamente era lo que me había dejado mi dulce abuelita pagué por adelantado la estancia de mi padre por otros cinco años y terminé de liquidar la universidad. Fue una delicia quitar las cuentas de Cruela y poner las mías.

¡Y me compré un auto!

El cual no usaba para casi nada ya que Drake me llevaba como buen novio a donde sea que tuviese que ir. 

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Hoy me sentí con ganas de rellenar unos huequitos que quedaron de la historia, si llegaste hasta aquí déjame saber si te gustaría un extra con algún tema 🤭

¡Gracias por leer!

* Isis ♡