Olivia— ¡Tres Daiquiris de fresa! — me chilla una de las camareras a un lado y preparo las bebidas rapidamente mientras hablo con Jade, la esposa de Josh.
— ¡Tres bebidas de niñita! — grito haciendo que la mujer se ría y la camarera toma las cosas suprimiendo una sonrisa.
— ¿Sabes qué amo de ti, Liv? — me dice la completamente tatuada mujer de cuarenta y tantos mientras se bebe una cerveza sentada a unos pasos de mi — tienes un talento único para joder a la gente, cariño — me río con ella mientras limpio la barra y luego me siento a su lado.
— Cielos, es el cumplido más sincero que me han hecho, Jade — finjo estar conmovida y ella me pasa una cerveza con una sonrisa marcada por un par de piercings en sus labios y chocamos las botellas.
Para ser domingo por la noche el bar estaba tranquilo, la música electrónica sonaba a un volumen normal por lo que se podía hablar sin esforzar demasiado la voz y pese a que estaba lleno aún sentías esa paz hogareña.
— Oye, Liv — Flind, un de los meseros más cercanos a mi persona me hace una seña hacia la puerta dejando su bandeja en la barra frente a mi — creo que tienes visita — se ríe largándose y yo me quedo viendo la puerta confundida.
Hasta que lo veo.
¡Oh, mierda!
Me bajo del banco y quedo sentada en el suelo tras la barra.
Jefferson Hides.
Cursó la mitad del segundo año con Wyatt, desde el momento en que lo conocí comenzó una extraña obsesión según el castaño y fue hasta unos meses después que empezó a acosarme y ser horriblemente molesto.
Jade se burla de mi a gusto mientras toma mi lugar para atender a un par de adolescentes que de seguro están estrenando su mayoría de edad.
— ¿Aquí trabaja Olivia Chase? — esa voz... vuelvo a ver a Jade que deja caer un pañito muy a propósito y se pone a mi altura recogiéndolo.
— Es muy guapo, alto, musculoso pero esbelto, cabello negro, ojos grises... — ladeo mi cabeza confundida.
— Yo no conozco a nadie así... — Click — ¡Drake! — chillo levantándome de mi lugar como un rayo y una sonrisa se acomoda en mis labios al ver como sus cejas se juntan cuando me ve aparecer como un topo de su hueco en esos juegos de feria.
Cosa hermosa.
Eso era Drake Spretnat Lewis, metido en una camisa blanca sin estampado, pantalones negros como mis pensamientos ahora y una chaqueta de cuero. Muy cliché, pero que me corten la cabeza si no era el cliché más sexy del mundo.
— ¿Qué rayos? — pregunta descolocado, pero no hay tiempo para explicar o pensar en su linda anatomía.
— ¿Recuerdas cuando te tapé con... Megan? — asiente un par de veces con la cabeza entrecerrando sus ojos — Jeff es mi Megan y necesito que me cubras — sobre su hombro puedo ver al chico de rizos dorados buscarme con la mirada.
— ¿Por qué... — dejo de prestarle atención al morocho cuando los ojos ambarinos de Jefferson chocan con los míos.
Sin pensarlo dos veces salto sobre la barra y me paso para sentarme al lado de Drake. O eso intenté, pero me fui de frente y si no hubiera sido por el moreno, me habría quebrado al menos tres dientes.
— ¿Estás bien? — pregunta él, dejándome en el banco a su lado mientras suprime una sonrisa llena de burla.
— ¡Casi me rompo la cara! — chillo y suelta la carcajada que parece haber estado conteniendo.
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¡A la mierda las etiquetas!
RomanceOlivia Chase es una chica alocada y divertida, muy distraída en cuestiones sociales, pero una genio en la universidad. Drake Lewis es apartado, poco amigable, serio y de rasgos duros. Pero por alguna razón, cuando un profesor los une para que ella l...