Capítulo 51: Opciones

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Olivia

Tres meses habían pasado desde la cena.

Tres meses en los que no había siquiera hablado con él.

Cuando regresé a Oakland lo primero que hice fue buscar a Jane, la cual me gritó por al menos veinte minutos después de que le conté todo lo que había pasado. Aunque la verdad no entendí la mayoría de lo que dijo porque un segundo estaba chillando de alegría y al otro me lanzaba peluches enojada.

No entendía que le pasaba... pffff si claro.

¡Esa mujer era mi espíritu animal en ese momento!

Tuve que agradecerle a Dios que mi teléfono cayera en picada por una ventana del tercer piso del centro donde vivía papá cuando fui para navidad. Así, las llamadas de Drake se habían silenciado el tiempo suficiente como para ir al campamento de la universidad.

Mi tan esperado campamento.

Mi sueño desde que supe que existía.

Por el cual acepté ayudarle a ese desvergonzado desde un principio.

Mi precioso.

¡Y no pude disfrutar el diseccionar, cortar y remendar cuerpos sin vida de honorables personas que se dieron a la medicina!

¿Por qué?

¡Por un maldito beso que me dejó las neuronas echando chispas y una declaración que hasta ahora me sigue dando terror!

No.

No quería ir a la universidad.

Maldito primer día.

Por quinta vez, Loren toca mi puerta y yo me hago más bolita entre las sábanas, nadie iba a sacarme de mi cama hoy.

— ¡Raggedy del diablo! — brinco de mi cama como el gato de Loren y pego en la pared cayendo al suelo cuando la puerta se abre de un fuerte golpe y Wyatt entra gritando improperios — levántate de... jaja — saca su teléfono y el flash me deja ciega por un par de segundos mientras su estúpida risa se extiende por mi habitación.

— Te odio — digo con la cara pegada en el suelo y dos segundos después siento como me arrastra hasta el baño y me deja ahí.

.

Mi plan era sencillo, sólo tenía que evitarlo medio día de cada día.

Benditos programas educativos de medicina que nos mandan a los hospitales en el último año de carrera.

— Eres patética — Jane llega a mi lado en el pasillo de la mano de Mike que me mira sin entender, sí, ya eran pareja oficial — ¿en serio? — me saca los lentes de sol con poco cuidado pero me deja la gorra de baseball que tapa mi rostro — ¿crees que no notará a una pelirroja enana escurridiza reptando en las paredes sólo porque llevas puesto una sudadera y jeans negros? — asiento y me gano un golpe en la visera de la gorra.

Había logrado esquivarlo hoy, aunque talvez sea porque ni siquiera me ha estado buscando.

— ¡Soñar no cuesta! — me defiendo quitándole mis lentes mientras los uso de escudo para pasar a la cafetería.

— ¿De quién estás huyendo, cobarde? — Mike me mira sobre su hombro mientras caminamos y yo aprovecho para picar su nariz, lo que lo hace estrecharme los ojos.

— Su chico al fin se le declaró en acción de gracias y ella no lo ha podido superar — Wyatt aparece con su sonrisa socarrona junto a nosotros — Jane, que gusto verte, te sentó bien la navidad y el año nuevo, pero veo que ganaste algo de peso — señala a Mike — ¿78 kilos? — suelta la risa y no puedo evitar seguirlo hasta que recuerdo que estoy encubierta y vuelvo a mi modo ninja.

¡A la mierda las etiquetas!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora