Capítulo 61: ¿Feliz cumpleaños?

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Olivia

- ¡Despierta! - abro los ojos con dificultad para ver a Jane con un tapa bocas y sosteniendo un pastelillo de chocolate con una velita sin encender - ¿quién se duerme después de bañarse? - me regaña acercándose y me planta un ruidoso beso en la frente por sobre la tela - cumpleaños feliz, te deseo yo a ti - canturrea sentándose a mi lado - el fuego esta prohibido así que debes fingir soplar - sonrío con gracia tomando el postre para soplar la mecha y luego meterle un pequeño mordisco - no deberías comer cosas semi duras, así que acompáñalo con bastante líquido - me deja una botella de jugo a un lado.

- ¿Aún está la epidemia apocalíptica? - señalo el cubrebocas y ella rueda los ojos asintiendo.

- Cada vez llegan más, pero no te preocupes, vendré a verte cada tanto para que no pases el día sola - me guiña un ojo.

- Procura atravesar una camilla en la puerta para que los zombis no entren - se ríe y niega con la cabeza.

- Lo haré después de acostarme con tu esposa, Rick - camina a la salida de espaldas haciendo señas cochinas con las manos.

- Eres el mejor amigo que un sheriff puede tener, Shane - ironizo lanzándole un beso con la mano.

- Tenemos que dejar de ver televisión - sentencia con gracia antes de irse.

Cerré los ojos de nuevo hasta que el teléfono comenzó a vibrar una y otra vez. No quería ver los mensajes de los socios de mi madre felicitándome, tampoco quería gastar energía leyendo sus insinuaciones escondidas tras bromas inocentes, pero al final terminé contestando lo más escueto posible cada felicitación. Pasé por mis redes normales y me quedé en Instagram hasta que la batería murió.

¡Ni siquiera era medio día!

- Wyatt, por favor, despierta... por mi cumpleaños... ¿si? - mi mirada se centra en el techo, no es como que tuviera mucho que hacer - el año pasado prometiste que me darías algo que no olvidaría hoy, así que hazlo - presiono el botón para que la cama se doble y poder sentarme.

El abdomen me seguía doliendo como si me apuñalaran pero ya lo había aprendido a manejar, si tan sólo este idiota despertara, todo estaría bien.

.

La puerta se abrió justo cuando me estaba limpiando la nariz con una servilleta. No me preocupe por abrir los ojos, sólo volví a tratar de expulsar al intruso en mi fosa nasal derecha hasta que un carraspeo de garganta me interrumpe.

- Ya me comí la gelatina de mi almuerzo, Mason -quito la servilleta de mi cara y me quedo en blanco al ver a la persona que cierra la puerta tras de si - pero que...

- No me juzgues - abro mi boca para responder pero nada sale, salvo un hilo de voz parecido al silbato que usan para perros.

Drake se quita el gorro de tela de la cabeza y se acerca al silloncito para dejar su mochila y ahí, amigos míos, me di cuenta que a nadie le quedaría mejor el uniforme de practicante que a este hombre. La risa sale de mi garganta sin poder evitarlo por lo absurdo del momento.

- ¿Cómo tú...

- No fue fácil, pero tampoco imposible - se acerca a mi y se inclina quitándose el cubrebocas para darme un beso en la comisura de la boca - hola - sonríe de lado antes de volverse a poner la mascarilla.

- Ya en serio... - sacudo mi cabeza lentamente incrédula - ¿quién eres? - su sonrisa se ensancha y me da la espalda para tomar algo de su mochila.

- No pienso desperdiciar ni un sólo segundo, así que haré el mejor esfuerzo para ser... más agradable contigo - se encoge de hombros y se voltea para mostrarme una pastelito redondo dentro de una caja de plástico transparente que decía "feliz cumpleaños" con letras de colores - no quiero que estés sola hoy - muerdo mi labio suprimiendo inútilmente una sonrisa mientras mi corazón iba a toda velocidad - pero no voy a cantarte porque sería raro y un poco incómodo - ambos reímos por un par de segundos.

¡A la mierda las etiquetas!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora