Drake
Una semana, ese es el tiempo que ha pasado desde el accidente aunque parecen años.
El amigo de Olivia me ha ayudado para quedarme a su lado en la habitación aunque tenga otras visitas o se acabe la hora, con la condición de no ser un estorbo cuando la revisan y mantener silencio. Jane y Jude me relevan cuando tengo que ir al apartamento por una que otra cosa y Mike se ofreció aún sin que se lo pidiera a pasar a cada una de mis clases para excusarme y pedirle a los profesores las lecciones por internet.
Debo admitirlo, Liv tenía los mejores amigos que he conocido.
Sólo había algo, a parte de que ella no despertara aún, que me seguía sacando de mis casillas.
— Ahora tome su mano y recueste la cabeza — trato con todas mis fuerzas de mantener mi mirada en la pantalla de mi computadora pero ya ni siquiera sé que estoy haciendo.
La maldita madre de Olivia trajo un camarógrafo hace poco para que le tomara suficientes fotos con la pecosa como para aparentar que se la pasó aquí todo este tiempo, de seguro para difundirlas entre los medios haciéndose pasar por la madre que no es.
— Es tan falsa como mi dieta libre de gluten — murmura Mason sentándose en el reposabrazos del sofá en el que estoy sentado.
— Deberían echarla del hospital — hablo con su mismo tono y lo escucho suspirar cansado.
— En teoría es la única autorizada legalmente para estar aquí — hace una mueca y yo ruedo los ojos.
— ¿Por qué crees que me estoy conteniendo? — guardo el proyecto en PDF y abro una pestaña en Google para enviárselo a mi profesor.
La bruja se tomó al menos cuarenta fotos más cambiándose de ropa. Casi cedo a la necesidad de grabar lo que hacía para luego subirlo y desenmascararla de una vez por todas, pero mandaría al diablo todo los esfuerzos de la pelirroja, además de que no tengo claro las razones por las que actúa como su madre quiere, así que me retengo.
— Con eso es suficiente — se acomoda el cabello y respira cansada como si hubiera hecho el mayor sacrificio de su vida y su bola de asistentes se mueven con dificultad por el cuarto para llevar todo lo que usaron a la salida — ya te recordé, eres el sobrino de los Foster — levanto la mirada de la pantalla a ella con pesadez y asiento una vez con la cabeza serio — entonces... ¿eres el novio de Alexa o su amante? — saca su teléfono y teclea en este.
— ¿Acaso le importa? — no me molesto en guardar mi desagrado y enarca su ceja sin mirarme.
— En realidad no — estira su mano y el tipo a su lado tarda en tomar el teléfono por estar viendo a la pelirroja — pero te diré una cosa, Alexa y yo tenemos un trato que no te incumbe, por lo que espero que te mantengas al margen de todo esto — hace un ademán entre ella y la camilla — tú, quédate para que me avises cuando despierte — un chico flacucho con unas enormes gafas salta un poco y asiente frenético — bueno, todo bien aquí así que me voy — se coloca unos lentes de sol y sale seguida de su séquito a excepción del muchacho.
— Largo — digo seco y vuelve a brincar.
— ¿Disculpe? — acomoda sus gafas nervioso.
— Que te vayas de la habitación — alterna la mirada entre Mason y yo con la indecisión grabada en su rostro.
— En este momento eres el residuo de Satanás, amigo, puedes esperar en el primer piso — el ex-mentor de Olivia se levanta, acomoda su bata dando un hondo suspiro y toma al chico de la nuca con cuidado guiándolo hasta afuera, dejándome a solas con la pelirroja.
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¡A la mierda las etiquetas!
RomanceOlivia Chase es una chica alocada y divertida, muy distraída en cuestiones sociales, pero una genio en la universidad. Drake Lewis es apartado, poco amigable, serio y de rasgos duros. Pero por alguna razón, cuando un profesor los une para que ella l...