Capítulo 12: Kansas

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Camino por los pasillos de la Universidad como la diva de alta cuna que soy y todos se quitan de mi camino con admiración brillando en sus ojos mortales.

Ok, claro que no, eso sería como una película de adolescentes trastornadas.

Básicamente me arrastro por los pasillos del edificio de química como tristeza, pero sin alegría para que me jale de un pie.

Ahora que lo pienso, eso es una gran ironía de la vida.

— Al fin llega, señorita Chase — paso mi mirada zombie hacia el marifufo y este enarca una ceja, pero no dice nada más.

Wyatt y yo pasamos literalmente toda la madrugada consolando al conejito por que su tía abuela Patrice había muerto.

Al parecer eran nada cercanas, pero pensar en la muerte de alguien que lleva su sangre la hace llorar como un recién nacido.

— ¿Todo bien? — pregunta Drake cuando me siento a su lado y dejo caer mi cuerpo en la mesa.

— Conejito no me dejó dormir en toda la noche y después de clases debo ir a Kansas para un funeral — cierro mis ojos dispuesta a dormir una vida entera pero Marcos tenía otro plan. 

— Chase, levántate y ven a copiar esto en la pizarra — alzo mi cabeza y quito los mechones de cabello que se habian salido de mi moño mal hecho para fulminar con mi mirada al amante de las plantitas.

— ¿Cuándo firmé un pacto con el diablo? — pregunto levantándome y tomando el estúpido marcador de pizarra. 

Comienzo a copiar las reacciones químicas del experimento de la próxima semana, el cual será práctico por lo que debo ayudar al moreno a memorizar cada paso.

La pizarra es bastante alta por lo que debo ponerme de puntillas y estirarme para aprovechar el espacio.

Mi blusa se eleva por encima de mi ombligo y deja una parte de mi piel expuesta sobre el pantalón.

— Que linda vista — suelta uno de los torpes mastodontes del equipo de Rugby.

Me vuelvo lista para mandarlo al demonio, pero un lindo cuerpo se atraviesa en mi visión. El moreno se ha puesto de pie.

— Yo lo hago — me saca el marcador de las manos con suavidad y con su típica cara inexpresiva me hace una seña para que me siente. 

— Gracias — le sonrío y le doy la hoja para sentarme en su silla y copiar en su libreta las reacciones. 

Al ver al frente y ver su perfil concentrado en el papel me quedo embobada.

Junta sus cejas y presiona sus labios acercando más la hoja a su cara tratando de descifrar los jeroglíficos de Manson.

Sonrío dejando caer mi mejilla en mi puño mientras copio con la mejor letra que puedo lo que el moreno pone en la pizarra.

Termina y sus hermosos ojos grises pasan a los mios.

Parece preguntarse si lo que escribió está bien, así que levanto mi pulgar con una enorme sonrisa y él eleva la comisura de sus labios por un instante.

Un instante en el que sentí un hoyo en el estómago y un repentino revoltijo.

Debería ir a la enfermería...

Vuelve a su asiento por lo que yo me paso a mi silla a esperar que la clase continúe.

— Bien, gracias señor Lewis — dice Manson monótono y Drake hace una seña con la cabeza y no habla más en toda la clase.

Salimos cuando la mayoría ya lo ha hecho y caminamos despacio por los pasillo semillenos. 

— Ese Eliot es un idiota — me volteo un poco prestándole atención al moreno que ha roto el silencio de nuestro paseo. 

¡A la mierda las etiquetas!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora