Carolina
Horas más tarde y con un sol en su más amplio esplendor, el comercial de la empresa está hecho. La modelo fue muy profesional y la fotógrafa ni se diga. Aunque por un momento llegué a creer que ella y Ethan terminarían matándose en mi presencia y si no intervenía las cosas iban a terminar negras. Por ejemplo mi jefe gruñón y mal genio habría podido terminar con una cámara estampada en el rostro por burlarse de la estatura pequeña de Joselyn, ya que al parecer tuvieron un encuentro nada agradable el días atrás y él, en especial, la odia por arruinar su coche nuevo e insultarlo.
Yo aún continúo con ganas de estallar en carcajadas por el hecho de que esa chica que se veía tan menuda al lado de semejante hombre tan grande le haya mandado a comprar un bozal.
No la culpo en lo absoluto, Ethan tiene un geniecito que ni él solito se aguanta en ocasiones. En la empresa lo respetan porque es el jefe y no se quieren arriesgar a perder su empleo, pero murmuran de todo sobre él a sus espaldas. Dicen cosas nada bonitas, no obstante, yo que lo conozco bien sé que esa frialdad con la que se mueve no es más que un escudo por miedo a recibir más golpes. Durante los últimos años se ha convertido en alguien semejante a su primo Iván, en cuanto a las mujeres se refiere, pues anda con una y con otra, la diferencia es que Ethan no se mete con las mujeres de la empresa por más que estas babeen a su alrededor y menos es feliz con esa vida de mujeriego rastrero, lo sé.
Meneo la cabeza en negación mientras lo veo coquetear con la modelo, entretanto, me acerco a la fotógrafa que está mirando la escena con tanta atención que me saca un fruncido de ceño, antes de llamarle con una voz tranquila y provocar que se gire hacia mí, dándome su rostro mientras sostiene en sus manos un botellín de agua.
Desde que la vi me quedé impresionada con lo hermosa que es, tiene rostro de muñeca de porcelana y sus ojos son lo que más llaman mi atención. Poseen una mezcla extraña y que jamás he visto pero no son feos, diría que son alucinantemente preciosos. Una tonalidad violeta con un pequeño toque de azul convierten esos ojos en inevitable que no envidies su color. Claro amo el color de los míos, son de un azul muy intenso, sin embargo, existen cientos y cientos de personas en el mundo con ojos azules, pero podría jugar que el color de esos ojos solo unas pocas personas lo poseen y ella es una.
—Buen trabajo —emito, regalándole una gran sonrisa que ella me devuelve—. Estoy sumamente agradecida con usted por habernos echado la mano en esto, señorita Paterson.
—Nada de, señorita Paterson, llámame Joselyn por favor —me dice y le doy un asentimiento leve—. Y por otro lado, no tienes que darme las gracias. Trabajar en esto es más que un placer para mí, pero que sepas que al final solo lo hice por ti, porque de ser por tu amargado jefecito me habría largado sin hacer está sesión.
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—Bueno, gracias, pero no lo juzgues tan duramente. —Miro a mi jefe a distancia en su coqueteo con la modelo, la cual está riéndose de algo que le dice. Joselyn mira al igual que yo y su nariz se arruga con cierto disgusto, agrego—: Así como le ves, el león no es tan malo como le pintan, es que simplemente la vida le ha dado algunos golpes y se esconde bajo esa coraza de amargura para que no vuelvan a lastimarlo.
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Tú, Eternamente tú© ✓✓
RomantikLIBRO 3 DE LA SERIE «AMORES INEVITABLES» «Era tan bella que mirarla dolía. Y otras veces, su belleza la hacía lucir tan frágil». Iván Forter.