Capítulo 43

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Carolina

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Carolina

- ¿Cómo va el embarazo? -pregunto a Joselyn, mientras salimos del área de los vestidores y caminamos en trajes de baño por el área de la piscina, su barriguita ya es muy notable a pesar de ella ser muy delgada.

-Pues, no es nada fácil a pesar de lo hermoso -dice, masajeándose la panza descubierta por el bikini de dos piezas verde que trae puesto-. Este bebé si me sale niño es seguro que será futbolista y si es niña, pues bailarina. Esta todo el tiempo dándome patada para hacerme saber que está ahí dentro. Además de que, con el embarazo me pongo un poco irritante sin motivos, y sin contar que...

Se queda en silencio.

- ¿Sin contar qué?

Sonríe y lamiéndose el labio inferior dice:

-Siempre he sido una mujer muy activa sexualmente, pero ahora embarazada me he vuelto más insaciable que nunca, casi no puedo ponerle un freno a mi apetito sexual y te juro que sí por mí fuera, tendría el pene de mi marido dentro de mí las veinticuatro horas del día. No puedo evitar estar caliente todo el tiempo.

Mis mejillas se calientan.

-Tú no sabes lo que es tener filtro en la boca, ¿verdad?

-Vamos, no he dicho una cosa del otro mundo, rubia. -Me mira, alzando una ceja-. No me vas a decir que no sabes lo que es un pene, ¿verdad? Si hasta juraría incluso que acabas de tener uno dentro de ti hace poco. Luces como una mujer recién follada, Carolina, eso se ve en los ojos de una mujer y los tuyos no me dicen lo contrario.

Y así es como siento mis mejillas calentándose de una forma que me quema la piel.

- ¡Joselyn! -Le doy un suave empujoncito en el hombro antes de cruzar mis brazos bajo los pechos.

Ríe a carcajadas con una mano sobre su barriguita. Es tan ella y me cae tan jodidamente bien, y no miente, Iván y yo lo habíamos hecho antes de salir de casa, aun cuando lo hicimos tanto durante toda la noche que apenas si dormimos. Es que bueno, no es culpa nuestra sino de nuestras pieles que no hacen otra cosa que reclamarse la mayor parte del tiempo. Juntos nos hemos vuelto insaciables, hambrientos el uno del otro y es algo que aunque intentamos, no podemos controlar. ¿Está mal que nos disfrutemos tanto después de tantos años separados? No lo creo.

-No te avergüences, Carolina. El sexo es maravilloso y más si lo hacemos con la persona que amamos. Nos volvemos animales insaciables. Solo disfruta de tu vida sexual y del hombre que amas y te hace feliz todo lo que quieras. Lo mereces -asiento, dándole las gracias.

Nos acercamos al sitio donde están todos en una mesa del club: Ariella y Caleb, Amelia y Daniel Forter, Fabiola y Mariano Forter, mamá y mi hermana Ashley, y por último Fanny como adulto. Asimismo se encuentran Anabella, la hija de Joselyn y Ethan quién está sentada cómodamente sobre las piernas de su padre, también Brianna sentada al lado de su hermana mayor, una niña que según mi punto de vista es adorable.

Tú, Eternamente tú© ✓✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora