Iván
Un relajante aroma cargado de sensualidad femenino penetra en mis fosas nasales, haciéndome gemir gracias a la agradable sensación.
—Mmm.
Me remuevo en el colchón un poco, haciendo de este crujir bajo mi espalda y al despertar de mi sueño enteramente siento así como mis brazos sostienen unas estrechas caderas y el contacto de la suave piel de unas piernas encadenadas a las mías. Una cabeza descansa contra mi pecho y una respiración cálida acaricia deliciosamente la piel de mi cuello.
Otro gemino se abre paso a través de mi garganta, y en seguida mis ojos se abren y la imagen que veo me llena de una especie de gozo que mi corazón no puede resistir. Se acelera inevitablemente y hasta... ¿Duele?
Apenas puedo creer que algo se sienta tan bien, tan placentero... tan soñado. Carolina duerme mientras yo la sostengo entre mis brazos; tranquila, serena y en paz. Respirando a través de sus mullidos y delicados labios un tantito entreabiertos en tanto duerme, con sus largas pestañas creando una especie de sombra bajo sus párpados. Una divinidad ver esa imagen tan temprano en la mañana y tan cerca. Es tan bueno.
Luce tan bella dormida, pienso mirándola como un hijo de puta embobado con su hermosura, ajustando más el agarre de mi mano en sus caderas. Esas son cosas que no se viven todos los días y probablemente no vuelva a tener una oportunidad así jamás...
Por impulso llevo uno de mis dedos hacia la delicada piel de su mejilla, acariciando con suavidad y evitando despertarla; solo viéndola dormir y el calor de su respiración acariciándome la piel del cuello tras ella tener su nariz enterrada en mi garganta, lo cual me hace tener que inclinar un poco la cabeza hacia abajo para poder deleitarme con el hermoso perfil de su rostro aniñado, en tanto ella sigue dormida con profundidad. Su respiración, pausada y lenta, me confirma que está muy lejos.
Sin apartar mi vista de semejante belleza por un pequeño instante, me la imagino mía, me la imagino despertando en mis brazos así todos los días; tener esa bella imagen cada día al despertar y que su hermosura sea lo último que vea al irme a dormir cada noche y lo primero al despertar todas las mañanas de mi puta vida. Ella siendo la mujer que...
Sacudo la cabeza cuando me doy cuenta hacia donde se estaba dirigiendo mi mente, aturdido por esos pensamientos tan... ridículos. Ese no soy yo ¿Desde cuándo me he vuelto un idiota romántico pensando en esas mierdas de tener una sola mujer? Porque ese fue el pensamiento que cruzó por mi mente por unos instantes. Me pregunté, ¿qué sería si dejara de ser como ella me dice en más de una ocasión; un prostituto y plantearme tener una relación con una sola mujer y que fuera esa rubia que tan loco me vuelve? Tomo varias inspiraciones profunda. El problema es que yo no soy así, no me considero capaz de dejar esa vida que llevo a cuesta durante años y ponerme, ¿serio?
No soy hombre de una sola mujer, y es que no quiero que me corten las alas. No deseo perder mi alma libre. No quiero darle cabida a esa mierda del amor de atraparme y joderme como ha jodido a tantos que yo conozco.
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Tú, Eternamente tú© ✓✓
RomanceLIBRO 3 DE LA SERIE «AMORES INEVITABLES» «Era tan bella que mirarla dolía. Y otras veces, su belleza la hacía lucir tan frágil». Iván Forter.