Carolina
Veinte minutos más tarde —pues estaba cerca—, el taxista detiene su auto frente a una increíble e impresionante mansión que para ser sincera mucho no me impresiona, pues no esperaba menos. Es obvio que ella viviría en una casa así de opulenta y en un barrio así de fino como este. Camila si supo bien lo que buscaba y lo consiguió, mas, por más difícil que fuera evito que me duela más de lo necesario.
Nada de esa mujer puede ofertarme ya, convino.
Al mirar mis manos me doy cuenta que he salido tan deprisa que he olvidado por completo comprar un regalo para mi hermana. No se llega a un cumpleaños sin un obsequio. Tuerzo el gesto y pienso que de igual manera no es como que hubiera sabido bien que regalarle si tenemos en cuenta que ni siquiera la conozco bien, no sé sus gustos ni nada.
Pago al taxista que en seguida se retira y estoy tomando el camino hacia esa casa cuando escucho mi móvil sonar dentro de mi bolsa. Al apresurarme a sacarlo y ver la pantalla una sonrisa se dibuja en mis labios al ver que es una llamada de mi padre. Se siente tan bien saber que lo tengo.
Obviamente Lorenzo Lander nunca dejará de ser mi padre aun muerto, no él que me dio más cariño que nadie. Siempre estará en mi corazón y no habrá día que no lo piense y lo eche de menos.
Descuelgo la llamada y rápidamente me llevo el móvil al oído.
—Papá —saludo, contenta y feliz de escucharlo.
—Mi sol —lo escucho decirme, y aunque no sé por qué ha optado por esa forma de llamarme incluso desde el primer día que me conoció, no puedo negar lo mucho que me gusta—. ¿Cómo estas, cariño?
—Estoy bien papá, ¿y tú?
—Todavía sin poder creer que tengo una hija a la que no tuve la dicha de ver creer, pero más feliz que en mucho tiempo.
—¿De verdad estas feliz por tenerme? —pregunto y lo oigo reír al otro lado.
—Ni siquiera lo dudes, mi sol —responde—. Ahora, te llamaba para preguntarte si te parece bien mañana en la mañana para realizarnos esa prueba de paternidad, ¿qué dices?.
—Me parece bien papá —le contesto.
—Perfecto. Saldré de viaje mañana mismo en horas de la tarde y antes de irme quiero dejar eso sobre la marcha, ya que a mi vuelta, planeo realizar una fiesta en mi mansión para presentarte oficialmente como mi hija.
—¡¿Una fiesta?! —inquiero
Oigo su risa.
—Eso he dicho, ¿no te agrada la idea? Conocerás a toda mi familia, además de la parte que ya conociste, Aimée y Valeria.
—Claro que me agrada la idea de conocer a mi familia, pero ¿es necesario hacer una fiesta para ello?
—Yo lo creo necesario, porque más que nada quiero celebrar el hecho de que soy padre y uno que se siente muy orgulloso.
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Tú, Eternamente tú© ✓✓
RomantizmLIBRO 3 DE LA SERIE «AMORES INEVITABLES» «Era tan bella que mirarla dolía. Y otras veces, su belleza la hacía lucir tan frágil». Iván Forter.