Carolina
Mi horario laboral culmina a las seis de la tarde todos los días, y el día de hoy en especial, es uno de esos días que no me detengo ni un minuto más cuando el reloj marca mi tiempo de salida y salgo a la hora justa, antes incluso que lo haga Tais, mi asistente becaria y quien me recuerda tanto a mí cuando entré en esta empresa. Así empecé yo.
En fin, que salí a toda prisa ya que traía un dolor de cabeza bastante fuerte, tanto que incluso me hizo rechazar una invitación de León al cine para ver una película de estreno. Si había aceptado cuando comimos juntos a la hora del almuerzo, pero más tarde le habría dicho que me iba a ser imposible ir, que si podríamos dejarlo para otro día y como el hombre comprensivo que es, aceptó entendiendo que me iba a ser imposible disfrutarla sintiéndome mal.
No es que no haya querido salir con él, por supuesto que lo deseaba, después de todo, me estoy abriendo a nuevas posibilidades con León; estoy intentando convencer a mi terco—y estúpido, —corazón que Iván Forter no es el único hombre en el mundo el cual podría hacerlo latir aun, cuando me parezca tan imposible, la realidad es que no estoy progresando mucho que digamos...
Y es que estúpidamente para mí no hay un hombre más sexy y atractivo que Iván Forter; ninguno que me haga latir el corazón como lo hace ese italiano irresistible de pies a cabeza, ese hervor que se siente en mi sangre cuando lo tengo cerca, su olor, sus ojos, su picardía... Solo él puede hacer temblar mi mundo con su presencia, hasta lo egocéntrico que puede ser en ocasiones me vuelve loca.
Lástima que sea tan libertino o yo ya habría caído en sus brazos hace mucho tiempo...
Meneo mi cabeza adolorida dejando de pensar en ese hombre, aunque es tan difícil.
Salgo al parqueo con el sonido de mis tacones al caminar escuchándose en mis oídos y con la intención de montar en mi auto e irme lo más pronto posible a casa, quiero llegar, darme una rica ducha caliente, tomarme un jodido calmante para este dolor de cabeza y meterme a dormir probablemente hasta el día siguiente, también estoy cansada.
A pesar del dolor una sonrisa sale de mis labios al recordar la feliz que vi a Ethan está mañana. No me regañó por haber llegado una hora y media tarde teniendo en cuenta sus estrictas reglas de la puntualidad, sino que en su lugar me regaló un abrazo tan fuerte que casi me partía en dos y tenía una sonrisa en el rostro que hacía años no veía en él. El viejo Ethan, estaba volviendo y estoy feliz por ello. El día anterior había ido a mi oficina antes de Iván con la excusa de que necesitaba un favor, conseguirle la dirección de Joselyn; lo cual hice. Fue algo que me sorprendió, el saberlos liados como pareja, ya que la última vez que los vi juntos esa mujer casi le revienta una cámara en el rostro después de insultarse uno al otro. Sin embargo, ahora parecen estar liados y sigo bastante confundida al respecto, preguntándome cómo llegaron a ese punto, pero siendo sincera lo único que me importa es ver a ese hombre que tanto cariño le tengo pareciendo encontrar la luz de su vida y por la manera en cómo me habló de ella, es más que obvio que ya cayó a los pies de esa chica de ojos fascinantes aun, cuando me lo negó.
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Tú, Eternamente tú© ✓✓
RomanceLIBRO 3 DE LA SERIE «AMORES INEVITABLES» «Era tan bella que mirarla dolía. Y otras veces, su belleza la hacía lucir tan frágil». Iván Forter.