La serenidad que me das

5.7K 853 114
                                    

Lograr deshacerse de los periodistas finalmente y cruzar la puerta del hotel para estar a salvo, fue más difícil de lo que JungKook pensaba, pero más fácil de lo que HoSeok había imaginado. Al amparo del vestíbulo, donde ya no podían verles y donde no había nadie por ser muy temprano, YoonGi esperaba su entrada. Dio un paso hacia ellos con intención de darles la bienvenida y las llaves de la suit presidencial, pero se quedó quieto cuando observó que la señorita Manoban tiraba casi violentamente del brazo del señor Jeon para que la mirara.

- A partir de ahora, yo me ocupo de la prensa y tú de las finanzas. - Le advirtió. - Que para eso hemos estado estudiando en la universidad. No vuelvas a meter la pata de esa manera. - Era sorprendente ver al poderoso alfa siendo regañado. Lisa era atractiva y de carácter fuerte, pero era más bajita que YoonGi y espectacularmente delgada. - ¿Cómo se te ocurre decirle al periodista que lo decía por envidia cuando estaba claro que lo decía porque quería enfadarte, idiota?

- Si yo soy educado con la gente exijo que la gente sea educada conmigo. - Afirmó ferreamente. - ¿Qué tienen de malo nuestras costumbres? ¿Por qué les molesta tanto nuestra forma de vida?

- Algunos no lo entienden, JungKook. Tú y yo hemos nacido con esta vida, pero ellos no. - Intentó explicarle Lisa. - Es imposible gustarle a todo el mundo. Incluso para mí. - Le sonrió fingiendo soberbia.

- Pues que no se metan. No es como si hiciéramos daño a nadie. - Gruñó. Estaba claramente molesto. Cogió las llaves de la mano de YoonGi sin decirle nada. Siquiera le miró. Y se fue hacia el ascensor a paso rápido y furioso. Respirando con fuerza y farfullando cosas ininteligibles.

- JungKook espera. - Pidió HoSeok a los pocos pasos de su amigo. - Ya sabes como es esa gente. Sólo quieren joderte porque no pueden tener lo que tienes tú.

- ¡Se lo regalo! - Gritó exaltado. - ¿A ver cuántos días duran viviendo como yo lo hago? - Dio una bocanada de aire fuerte y ahogado. - Nací en este mundo, pero he trabajado como un animal para... - Se llevó la mano a la cabeza, dando un traspié, mareado. Tuvo que apoyarse en la pared del vestíbulo junto al ascensor.

- ¡JungKook! - Lisa y HoSeok corrieron hacia él. YoonGi dio un paso con intención de ir también, pero se detuvo, no se atrevió a socorrerle. Él no era nada suyo como lo eran HoSeok o Lisa. No tenía derecho a consolar y calmar su angustia.

- Me duele la cabeza. - Dijo en un murmullo. Habría caído de rodillas al suelo de no ser porque HoSeok le cogió a tiempo.

- Te tengo. Tranquilo. - Levantó la cabeza hacia YoonGi, que parecía bloqueado a sólo unos pasos de ellos. - Trae agua. - YoonGi corrió para obedecer al alfa. Si eso era lo que podía hacer por él, no dudaría, aunque fuera insignificante. Cogió su propia botella de agua y corrió hasta tendersela a HoSeok. Manteniéndose siempre un paso atrás. - Toma. - Decía el alfa dándole las pastillas a su amigo. JungKook las tragó y bebió agua.

- JungKook... - Lisa le acariciaba el pelo con cariño.

- Estoy bien, Lis. - Intentó calmarla. A pesar del mareo, hablaba con serenidad. - Es el cansancio del viaje. - No parecía asustado, quizá porque no era la primera vez que se sentía así. - El estrés y mi maldita migraña de siempre. Sólo tengo que descasar un poco. - Pidió.

- Venga, vamos arriba. - Le agarró haciendo que se sostuviera en él. Llamaron al ascensor.

- Si necesitan algo... - Acertó a decir YoonGi.

- Le avisaremos, sí. Gracias. - Habló amablemente. HoSeok estaba bastante calmado a pesar de todo y no parecía tener demasiadas dificultades para sostener a JungKook por sí solo. Se le había hecho más difícil la vez que había estado borracho y no paraba de moverse.

Uno entre cientos [YoonKook]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora