JungKook sintió un dolor punzante y el sabor a metal. Entonces YoonGi consiguió liberarse de su beso desagradable y su abrazo opresor. El alfa se pasó el dorso de la mano por el labio y vio la sangre en esta debido al mordisco de YoonGi. El omega estaba temblando de rabia, de impotencia y de dolor. Prefirió no mirar al alfa y huyó. De nuevo se encontraba escapando y cuando tenía una mano en el pomo de la puerta oyó un golpe en el suelo que le hizo girarse. JungKook había caído de rodillas al suelo y lágrimas silenciosas se deslizaban por sus mejillas.
- Lo siento. Lo siento. Lo siento. - Repetía. Le temblaban las manos. - Sabes que no soy así, ¿verdad? No soy esa clase de persona. No sé lo que me ha pasado. Yo no te obligaría a nada. Menos a besarme. Lo sabes, ¿verdad? Dime que lo sabes. - Se cubrió el rostro con las manos. - ¿Qué me está pasando? Me estoy volviendo loco. No sé por qué he hecho algo así. - Susurró para sí. El corazón de YoonGi cayó al suelo. Su fuerte y amado alfa esta perdido y él erra el causante. ¿Cómo podía remediar eso sin perderse a sí mismo? No podía ceder o acabaría como la madre de JungKook y muchos otros omegas. No permitiría eso. Él quería ser feliz. ¿Por qué era tan difícil? - Lo siento. Yo no soy así. Yo no soy así. - YoonGi podía haber visto la rudeza enloquecida de JungKook y, aunque hubiera querido huir, no había tenido miedo de él. ¿Miedo de JungKook? No, nunca. JungKook podía ser maniático, rudo, posesivo, torpe e incluso idiota, pero jamás le haría daño intencionadamente. Por eso soltó el pomo de la puerta y se arrodilló frente al alfa. Tomó sus manos apartándolas de su rostro y le miró.
- No, no eres así. - Habló con calma limpiándo sus lágrimas con los pulgares. - Eres tonto y terco. Pero no eres una mala persona, JungKook. Si fuera así no estaría enamorado de ti. - Le recordó.
- ¿Qué quieres de mí? - Terminó preguntándole el alfa derrotado.
- Oh, mi amor. Yo sólo quiero que seas feliz. - Aseguró. Pero JungKook sabía bien que para YoonGi eso no significaba estar juntos. Ya no. ¿Acaso lo había perdido por completo?
- He renunciado a todo, YoonGi. El CIMETEL, mi familia, mi compromiso con Lisa y te he perdido a ti. No me queda nada. - Pronunció. - No sé qué debo hacer.
- Sí, JungKook. Has renunciado a todo. Incluso a ti mismo. A cuidarte y a vivir. Por favor, JungKook. Cálmate. - Le pidió porque no soportaba verle llorar. - Tienes que superar esto. Eres mas fuerte que esto. - Formuló.
- No puedo, YoonGi. Te lo suplico. Haré lo que sea. - Sus ojos oscuros demostraban la mayor de las tristezas. - Seré quien quieras que sea, pero no me abandones. No sé en quién me estoy convirtiendo. Este no soy yo. No puedo con todo este dolor. - Alegó llevándose la mano al pecho.
- ¿No lo entiendes aún? No sé si no quieres verlo o es que de verdad no puedes. - Comentó el omega. - Yo no quiero que tú cambies. Yo ya me enamoré de ti por quien eras.
- Es mi mundo el que odiabas, pero ya no queda nada de eso.
- No es tan fácil. Está dentro de ti, JungKook. Aunque no lo creas, sigue ahí. Debes recomponer las piezas, cariño. Nadie dijo que fuera fácil lidiar con un corazón roto, pero es necesario. Nadie puede repararlo por ti.
- Tú puedes. Mi corazón sólo te pertenece a ti. Sé que contigo todo está bien. - Acarició su mejilla con cariño.
- ¿Lo ves? ¿Ves como no lo entiendes, cielo?
- No somos dos mitades, JungKook. Yo nunca te pertenecí, pero siempre lo sentiste así. Y sentiste que tú me pertenecías a mí, aún si tú eres el alfa. Esa es tu forma de amar. Entregarlo todo. Entregarte incluso a ti mismo y cuando te lo arrebatan se lleva una parte de ti y lo pierdes todo cuando lo que deberías perder es una pareja, no un pedazo de ti. Ay... amor... intenté explicártelo tantas veces. - YoonGi habló con todo el amor de su corazón. ¿Cómo le explicas a alguien que su forma de amar es insana no sólo para aquel a quién amas, sino también para ti?
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Uno entre cientos [YoonKook]
FanfictionYoonGi es uno entre cientos, es un omega varón. Todos esperan que sea sumiso, débil y obediente. Los prejuicios y los racismos contra su naturaleza han marcado su vida. Aun si todo el mundo le juzgaba por algo que él no había ni elegido ni querido s...