Juntos

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La ropa sobraba y el ansia subía. Habían esperado demasiado y YoonGi temblaba de histeria por ser aliviado. Si querían disfrutar de esa velada un poco más, el alfa debía hacer disminuir la excitación del omega un poco. Teniéndole desnudo y tendido sobre la cama, en completo estado de euforia, el alfa lamió su cuerpo con la intención de llevarle al extasis antes que a sí mismo. Un placer intermedio antes de unirse definitivamente a él después de tanto tiempo. De ese modo, YoonGi estaría un poco más calmado cuando le tomase. Pero en ese momento, estaba jadeando desordenadamente.

- ¿Dónde... ? - Gimió. - ¿Quién...? ¿Dónde y quién te ha enseñado eso? - No recordaba que JungKook le hubiera hecho nunca una felación similar a esa. - Para. Voy a.... - JungKook se sacó su miembro de la boca y rió.

- Calma, dulzura. No querrás que acabe tan pronto, ¿no? - Pero justo tras decirlo continuó con el delirio dándole una larga lamida a toda su longitud.

- ¿Cuando has aprendido ha hacer eso? - Jadeó.

- He obtenido algunas habilidades en éste último año. Pero no dudes que sólo las aprendí para darte placer a ti.

- Sí... claro...seguro que lo hiciste por mí. - Dijo irónico, intentando mostrarse ofendido.

- No lo dudes. Fue pensando en ti. - Repitió divertido. YoonGi incorporó un poco la cabeza para mirar al alfa.

- ¿¡Pensabas en mí mientras te los tirabas!? - Exclamó. - Eso es raro. Muy raro. - Declaró.

- No quería decir eso. - Rió JungKook. - Y deja de finjir que te molesta y sigue disfrutando. - Se burló.

- Intenta convencerte a ti mismo. - Dijo quejicoso. - Eres un libertino y un... ¡Ah! - Gimió cuando JungKook volvió a meter la cabeza entre sus piernas. - Maldita sea... No pares... - Rogó. - Eso es... demasiado bueno.

Deslizó la punta de su lengua por el glande de YoonGi haciéndole delirar. Bajó por toda su longitud hasta llegar a sus testículos, saboreándolos. El omega soltó el aire, muy despacio. Intentaba aguantar, pero no iba a durar mucho.

- Déjate llevar. - Susurró acariciándole con el aire caliente de su boca sobre su intimidad. - Relájate y suéltalo. Luego podré tomarme el tiempo para consentirte más lentamente. - Y dicho eso, tragó toda su longitud y succionó con fuerza.

- Mmnng... Kookie... - Gimió. Deslizó su mano hasta enredarla en los cabellos del alfa. Eran tan sedosos y suaves como los recordaba. Era JungKook. Su amado JungKook. Aún había instantes en los que creía que era un sueño. Bajaba la mirada y ahí estaba. ¿Cómo había sucedido todo aquello? ¿Cómo le había perdido para siempre y de pronto le había recuperado? - Kookie... - Gimoteó en un sollozo. El alfa no detuvo sus atenciones, pero comprendió por su tono de voz que el omega se sentía algo desconsolado. Alzó la mano y tanteó hasta que el omega la entrelazó con la suya. Masajeó bien la base de su miembro y chupó con ganas, lamiendo también la suave piel su delicado miembro de omega. - Más... - Jadeó. - Voy a... falta poco... - Advirtió. - JungKook. - Le llamó. - Voy a... ¡ah! Mng... - Jadeó. - Te... te avisé. - Miró hacia el alfa y le vió levantar la cabeza tragando y lamiéndose los labios.

- Delicioso. - Aseguró.

- Creí... - Continuaba jadeando. - Creí que querrías apartarte.

- ¿Por qué? - Mencionó con una sonrisa en el rostro mientras lamía los restos de su esencia de su blanca piel. - Quería saborearlo después de tanto tiempo. - Repartió besos por todas partes subiendo serpenteando por su cuerpo. YoonGi rió.

- Para ya. Me haces cosquillas. - Subió hasta sus labios. JungKook dudó. No sabía si querría besarle con la boca aún con rastos de su esperma. Antes no tenían reticencia antes esas cosas, pero quien sabía si habían cambiado sus gustos. Sin embargo, se sentiría estúpido preguntando. YoonGi estaba en las mismas, por eso le había avisado antes de correrse, sin saber si JungKook querría apartarse. Se conocían. Eran los mismo de siempte y, a pesar de ello, se sentían torpes. Por eso, hacían lo imposible por ayudarse el uno al otro, querían ponerse las cosas fáciles y sentirse con confianza suficiente para decirse todo. Por esa razón, YoonGi fue quien le besó con fuerza. A JungKook le encantó. Era el de siempre, era el dulce, valiente y atrevido omega de siempre. Su lengua bailando sobre la suya, sin dejarse respirar. El dulzor les invadió de nuevo. Era embriagador. Era lo único que querían aspirar. JungKook ya no sabía como poder tocarle aún más. Estrechándole contra su pecho, le faltaban manos para recorrer como quería todo su cuerpo.

Uno entre cientos [YoonKook]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora