Uno entre cientos [YoonKook]

Mismas palabras, distinta sensación

A la mañana siguiente, YoonGi despertó en la cama sin saber muy bien cómo había llegado hasta allí. Incluso tenía el pijama puesto. Igualmente no importaba ya que JungKook dormía a su lado plácidamente así que no era difícil saber que había pasado puesto que lo último que recordaba era que JungKook le cogiera en brazos. En realidad, no todo JungKook estaba dormido. Una pequeña parte de su cuerpo había madrugado. YoonGi contuvo una risa. A veces JungKook parecía un adolescente con sus erecciones mañaneras, claro que su celo estaba a punto de llegar, así que era bastante comprensible.

JungKook no se despertó cuando YoonGi le desarropó hasta más abajo de la cintura. Tampoco cuando metió la mano no sólo dentro de sus pantalones, sino dentro de su bóxer. Y pasaron al menos de minutos de masturbación hasta que JungKook empezó a abrir los ojos y gimotear sin entender que ocurría.

- Oh...YoonGi… - Balbuceó con un tono de placer.

- Buenos días. - Sonrió YoonGi.

- Es una gran forma de despertarse. - Opinó JungKook.

- Me alegro de que te guste. - YoonGi se metió entre lo que quedaba de las sábanas y se inclinó para practicarle una felación. Recobrió su miembro de lamidas largas. Estimuló su glande y luego chupó con más intensidad mientras JungKook jadeaba y soltaba gemidos graves al estar a punto de eyacular. Acabó en su boca y YoonGi no dejó que se desperdiciara nada de su semén. Se irguió en la cama y se relamió los labios gustoso. - Ese ha sido el preludio para esta noche. - Informó bajándose de la cama. - ¿Nos duchamos y vamos a desayunar? Aún quedan algunas cosas que podemos ver por la ciudad.

Habían pasado la mañana paseando por el lugar. Habían visto un museo y hecho muchas fotografías. Al fin podían sentirse como una pareja normal, lejos de la mirada de la gente indiscreta. Luego habían ido a comer a un restaurante bastante lujoso. Era tan distinto al del día anterior que fueron incapaces de saber cuál les gustó más. Por la tarde, JungKook le propuso ir al cine, pero YoonGi le recordó que no era muy adecuado encerrarse en una sala llena de personas cuando su celo estaba por llegar. Decidieron tomar algo en un bar cerca del hotel y luego comprar unas tazar de ramen instantaneo. Era lo que a JungKook le gustaba cenar cuabdo el celo se apoderaba de él. Antes de que anocheciera, JungKook bajó a la piscina. El deporte y el agua fría le vendrían bien. YoonGi no quiso acompañarle, prefirió ir al spá del hotel para que le dieran un masaje. Cuando el frío de la piscina empezó a no ser suficiente para enfriar su cuerpo, el alfa volvió a la habitación del hotel y encendió el agua fría de la ducha. YoonGi aún no había llegado. Una ducha fría para quitarse el cloro de la piscina y no estar demasiado ansioso. Cuando salió, YoonGi aún no había llegado. Lo agradeció, porque así le dio tiempo a arreglarse un poco para YoonGi. Pero al poco de salir de la ducha volvió a sentir su cuerpo caliente. JungKook era experto en hacer que no se le notase, pero eso no quería decir que no se sintiera ansioso. Además, estaba seguro de que tener el dulce aroma de YoonGi constantemente junto a él le influía. ¿Dónde se había metido? Sabiendo que estaría comenzando a estar desesperado. ¿Por qué tardaba tanto? Se suponía que tenían penssado cenar antes, pero JungKook no sabía si iba a poder aguantar tanto. Empezó a sudar y puso el aire acondicionado. Sabía que cuando YoonGi entrara el olor de sus hormonas descontroladas le golpearía con fuerza. Eso no estaba del todo mal, le ayudaría a ponerse en situació, pero tampoco quería que se sintiera muy agobiado. Descubeió que nunca se había parado a pensar en esos detalles cuando contrataba los seevicios de un omega asistente del CIMETEL. ¿Cuán desconsiderado había sido con ellos? Dirigió la vista hacia su maletín rojo. YoonGi le había dicho que no le importaba hacerlo a su modo esa vez, pero JungKook no sabía si YoonGi disfrutaría de esa forma. Tampoco quería disfrutar sólo él, aunque fuese su celo. Pero, ¿¡dónde diablos se había metido!?