Suga, el desobediente.

5.9K 845 201
                                    

Ahora todos estaban allí, al otro lado de la puerta. El señor Kim, HoSeok, el alfa que YoonGi había decidido llamar "el guardaespaldas desagradable" y JungKook. Y YoonGi se sentía aterrado, sabiendo que Suga estaba presente en su mente más que él mismo ahora. En uno o dos minutos, el control de su cuerpo sería sólo suyo. A YoonGi le era imposible retenerle, pero su transición siempre era confusa y larga, incluso si él no se lo impedía.

- YoonGi. - Habló Jin muy despacio. - Abre el pestillo, vamos.

- No. - Gimió una voz intermedia entre las dos conciencias del omega.

- YoonGi, debes salir para que podamos ayudarte. - Pidió Jin con paciencia infinita, pero el omega no respondió. - Vamos. Me conoces. Sabes que no te haré nada malo.

- Guardaespaldas desagradable. Guardaespaldas desagradable. - Repitió quejicoso. La mente de YoonGi ya estaba completamente oculta en un duermevela conocido. Sabía todo lo que pasaba, recordaría todo después, pero no era dueño de su cuerpo. 

- ¿Se refiere a mí? - Preguntó HoSeok sorprendido y ofendido.

- Claro que no. - Aseguró HoSeok a su amigo. - Aún no ha olvidado como le trataste aquella vez. - Le dijo al otro guardaespaldas. - Ve a tu habitación. No te necesitamos aquí. - Ordenó. A regañadientes, tuvo que obedecer. El grupo esperó un momento.

- Ya se ha ido. - Volvió a decir Jin. - Vamos, YoonGi, sal.

- ¡No! - Gritó de nuevo una voz bastante más chillona que la que Jin estaba acostumbrado. YoonGi tenía una voz bastante grave, aún más para ser un omega.

- ¡YoonGi! No seas niño.

- Ese no es YoonGi. - Murmuró JungKook acercándose a la puerta y cambiándole el sitio a Jin. - Eres su lobo interno, ¿verdad? Dime como te llamas, dulzura. - Habló con un cariño que YoonGi jamás había oído en la voz de un alfa. Tardó en responder.

- Su...Suga. - Aseguró. 

- Suga. - Repitió JungKook y luego rió suavemente. - Claro, casi como azúcar en inglés. Por eso eres tal dulce. - Comentó con suavidad para no espantarle. - Sabes quién soy, ¿verdad? - Suga sólo emitió un ruidito de afirmación. - Tu olor es muy fuerte ahora, Suga. Debes estar pasando mucho calor ahí dentro. - Eso era obvio. - Sólo queremos ayudarte con eso, pero debes abrir el pestillo. ¿Lo harás? - El omega no respondió. - No puedes pasarte ahí toda la noche, el celo no se pasará sin más. Lo sabes. - Suga se movió muy despacio, se acercó a la puerta, descorrió el cerrojo y  antes de que nadie pudiera abrirla, corrió hasta la esquina de nuevo. - Muy bien, dulzura. Voy a abrir despacio. - JungKook cumplió su palabra y ahogó un jadeo cuando el aroma que se había acumulado en el interior le abofeteó. 

- Dios. - HoSeok dio un paso atrás llevándose la mano a la boca y la nariz. 

- Quédate quieto. Le asustarás. - Le advirtió JungKook. Se agachó despacio hasta ponerse de cuclillas y le tendió la mano a Suga. - Ven aquí, dulzura. - Dejó que se aproximara por sí mismo. - No tengas miedo. - Pero Suga negó. Eso exasperó un poco a JungKook, que estaba acostumbrado a que le obedecieran a la primera. - No me hagas usar mi voz de alfa, Suga. - Eso le asustó y se echó más hacia atrás. - Está bien, está bien. No la usaré. Pero ven aquí. 

- ¿Cómo te llamas? - Preguntó de repente el omega.

- ¿Qué? ¿Yo? - Expresó extrañado. Quizá sólo estaba confundido. - Soy JungKook. Jeon JungKook. ¿Me recuerdas?

- ¡Tú no! - Le bramó chillón como si fuera estúpido por no entenderle. - Tú. - Dijo señalando a JungKook. Aún así, al alfa le costó unos segundos procesarlo y comprender al omega.

Uno entre cientos [YoonKook]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora