Los elitistas Jeon

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Hasta ese preciso momento, JungKook había sido el que estaba más asustado. Sin embargo, en el momento en el que la puerta se abrió, las tornas cambiaron. Cuando el ama de llaves abrió la puerta y les condujo cortésmente hasta el salón el aura de la casa puso nervioso a YoonGi. También recordó que la última vez que había entrado en esa casa había salido escopetado, llorando y encerrándose en su habitación por las atrocidades que se cometían allí, desde su punto de vista, con las concubinas del señor Jeon. Los dos poderosos, altivos e imponentes alfas estaban sentados con una postura perfecta en sus dos respectivos sillones. Al verlos, el omega tuvo que evitar el instinto de esconderse detrás de JungKook. Nunca le había pasado algo así. Él siempre se había enfrentado a los alfas sin temor ninguno. Pero esos no eran alfas cualquieras. Dentro de la élite que suponía ser del CiMETEL, los Jeon eran como la aristocracia. Y lo más atemorizante de todo, eran los padres de JungKook. 

- Bienvenido, hijo. - Anunció la mujer levantándose de su asiento. En realidad, esa alfa no era la madre de JungKook, pero le había criado en gran medida desde que había salido del harén de su padre al cumplir los 12.

- Hola, madre. - Le dio un beso en la mejilla. - Gracias por invitarnos a cenar hoy.

- Así que este es el precioso omega que ha encandilado a mi hijo. - Comentó el padre levantándose también y dirigiéndose a ellos alegremente.

- Es un placer conocerles, señores Jeon. - Pronunció YoonGi con una inclinación.

- Bueno, para no haber sido educado en el CIMETEL parece tener algunos buenos modales. - Opinó la mujer riendo un poco.

- Por favor, madre. - La regañó dulcemente por su burla.

- He de ser sincero. - Comenzó el alfa. - Cuando JungKook me dijo que mantenía una relación con un omega que no era del CIMETEL no lo comprendí. - Aseguró. - Ahora que os veo, comprendo que haya quedado prendado de vuestro dulce apariencia. - ¿Por qué le hablaban de esa forma tan extraña para él? Se sentía como un algodón de azúcar al que se ibana a comer.

- Gracias por sus cumplidos. - Mencionó YoonGi sin saber bien que decir y miró a JungKook, quien le sonrió.

- Supongo que todo se puede aprender. - Planteó la mujer. - Con algo de buena educación podrá ser un buen omega para JungKook. - YoonGi ya imaginó comentarios así. No iba a ser una cena del todo agradable, pero no podía ponerse a discutir con los padres de JungKook. Si quería estar con él, tendría que soportar aquello. Sólo sería una noche y podía soportar algún comentario inoportuno siempre que le trataran bien. No es como si no los hubiese estado aguantando toda su vida.

- ¿Pasamos al comedor? - Propuso JungKook intentando desviar la atención. Pero su padre intervino.

- ¿Acaso estás ciego? - Le preguntó. - Tu hermano aún no ha llegado. - JungKook miró la hora en su lustroso rolex.

- Creí que en esta casa la cena era a las 8 y nunca se retrasaba. - Recordó. - Ya han pasado de las 8 y 10. - Eso era ser demasiado estricto desde el punto de vista de YoonGi.

- Seguro que tendrá una explicación valida. - Le excusó su padre, lo que molestó a JungKook.

- Me pregunto si hubierais sido tan benévolo si hubiese sido yo el que hubiera llegado tarde. - No pudo evitar quejarse. - Si a mí se me exige puntualidad, entre otras muchas cosas, ¿por qué a él...?

- Tu disciplina es más estricta porque eres un alfa y el heredero de la empresa familiar. - Su padre parecía haberle repetido esa misma frase un millón de veces. Especialmente por la expresión de JungKook, quien bajó la mirada sin querer discutir a pesar de estar molesto. YoonGi se dio cuenta de que, incluso él, tenía diferencias de opinión con sus padres. Eso le calmó un poco. Quería darle la mano. Decirle que lo que los demás les dijeran no debía significar nada para ellos dos. Pero se contuvo, simplemente miró a JungKook y le vio bufar disimuladamente.

Uno entre cientos [YoonKook]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora