Uno entre cientos [YoonKook]

Siempre hay algún problema

YoonGi ya se temía que podía pasar algo así. A las 7 de la mañana, cuando ellos se estaban preparando para ir al aeropuerto, habían llamado de la oficina. Era imperativo que JungKook fuera para solucionar un problema grave. Estaba furioso y eso preocupó a YoonGi. Él estaba también enfadado, pero no podía demostrarlo porque no quería ponerle más nervioso. No podía permitir que se alterara demasiado y volviera a sufrir un ataque.

- Tú ve a la oficina y yo llamo para cancelar el vuelo y coger otro dentro de unas horas. - Habló con suavidad intentado calmar a JungKook.

- Lo siento mucho. Intentaré no tardar demasiado. - YoonGi le sonrió.

- No te preocupes. Pero...tómate la medicación antes de ir. ¿Vale? - Le pidió con cariño.

- Está bien. - Aceptó sin rechistar. Sabía que YoonGi sólo se estaba preocupando por él y le estaba diciendo sutilmente que intentara calmarse. - Qué haría yo sin ti. - Le besó en los labios antes de irse.

Pasaron varias horas hasta que JungKook regresó.

- ¿Qué tal te ha ido?

- Bien... bueno... los inversores japoneses están empeñados en que las acciones no...

- Kookie. - Le cortó YoonGi de forma melosa. - No quiero saberlo. - Se acercó a él y ugueteó con su corbata. - Sólo dime que todo está bien y que podemos irnos al aeropuerto. - Le pidió. JungKook sonrió.

- Claro, amor. Vayámonos ya. - Cogieron las maletas y el teléfono de JungKook volvió a sonar de que se fueran al taxi. Por supuesto, no iba a volver por mucho que se lo rogaran. La empresa había estado en pie mucho antes de que él naciera y lo estaría cuando él volviera de vacaciones. Sólo era una semana al fin y al cabo. JungKook tampoco dejó de responder llamadas cuando llegaron al aeropuerto. ¿Acaso él lo hacía todo en esa empresa? ¿Sus padres no podían encargarse? - Menuda mañana. ¿Tenía que ser hoy el día que los japoneses decidieran ponerse en contacto? Maldita sea. - Comentó JungKook entre llamada y llamada. 

- En cuanto subamos al avión ya no habrá más llamadas. - Le recordó. Sólo eran dos horas de vuelo hasta Jeju, pero algo era algo. 

- Sí... terminaré un informe y luego soy todo tuyo, ¿vale? - YoonGi no pudo evitar poner una expresión de cachorro abandonado. - No me mires así. ¿Cómo iba yo a saber que esto sucedería hoy?

- Está bien... - Nada mas subir al avión les dieron de comer. Claro, JungKook siempre viajaba en clase business. YoonGi no sólo no había viajado nunca en business, sino que nunca había viajado en avión. En el despegue, cogió la mano de JungKook sin decir nada. El alfa le miró confundido. 

- ¿Pasa algo? - Preguntó JungKook mientras acomodaba su portátil para empezar a trabajar. YoonGi negó. - No te dan miedo los aviones, ¿verdad?

- No lo sé. - Alegó. Era algo nuevo para él. JungKook sonrió con suavidad.

- No te preocupes. Nada va a pasar. - Pasó el brazo por la espada de YoonGi y este se acurrucó un poco en su hombro, como pudo porque tenían que llevar el cinturón de seguridad en el despegue. 

YoonGi miró a JungKook y le vio concentrado trabajando. Bufó en silencio. Ese era su primer viaje. Se suponía que estaban yendo a Jeju para descansar y olvidarse del trabajo pero JungKook no había podido evitar traerse el portátil. No iba a dejar que lo usara demasiado, pero lo que estaba haciendo ahora era urgente, debería enviarlo en cuanto llegaran. Pensó en no distraerle, pero estaba aburrido y molesto aun si sabía que la culpa no era de JungKook. El sonido del teclado era estridente bajo los dedos rápidos de JungKook. Se mordió el labio y no pudo evitarlo.