YoonGi aún no asimilaba bien lo que le había ocurrido un par de días antes. Sus dedos aún sentían el hormigueo por haberse deslizado sobre las sienes del alfa con tanto cuidado. Su rostro tan apaciguado por sus caricias era tan bello. Una imagen que llegaba a la mente del omega tuviera los ojos abierto o cerrados. Sólo pensar en él hacía que su boca se secara. Su corazón había latido con fuerza aquel día, tanto que casi dolía cuando volvió a su puesto de trabajo. Aquello era absurdo. Nada ocurriría jamás entre ese alfa y él. Él estaba prometido. Iba a casarse, fuera por compromiso o no. YoonGi no era nada para él, sólo un omega más. Era amable con él, como lo era con cualquiera. Incluso él mismo había pedido, aquel día, medio mareado, que se fuera, pero la señorita Manoban había insistido. Fuera como fuera, YoonGi no se sentía con demasiadas fuerzas de verle de nuevo. Por eso había pedido hacer los turnos de noche de la recepción, para no tener que encontrárselo. Y durante dos días lo había conseguido. No se lo había cruzado ni una vez. Pero ese día le tocaría hacer un turno doble de tarde y noche, pues en unos pocos días tendría su celo y eso le haría perder, como mínimo, un turno en el hotel. No escaparía esta vez. A pesar de todo, con un poco de suerte, quizá no se lo encontraba, pues el alfa parecía estar muy ocupado.
Iba con ese rezo en la cabeza, pero no había pasado ni media hora de empezar su turno de tarde cuando le vio cruzar el vestíbulo con la señorita Manoban y rodeado de sus guardaespaldas. YoonGi contuvo su respiración. Se sentía tan estúpido por sentirse nervioso de ese modo sólo por una persona. ¿Qué le estaba pasando? Él nunca había sido así. En su mente había una lucha. Una parte deseaba que el alfa no se percatara de su presencia, la otra pedía a gritos que silenciosos que girara el rostro y le mirara. YoonGi achacó esa segunda voz a la presencia de Suga, su lobo, en su interior. Sus plegarias, al menos las de una parte de su cabeza, se vieron correspondidas cuando JungKook, no faltando a las expectativas, le miró. YoonGi tragó con fuerza. Vio al alfa detenerse sólo un instante, sólo fue una amago. Luego miró de nuevo a Lisa y la siguió. Parecían llevar bastante prisa. Un suspiró, sin saber si era de alivio o de tristeza, escapó de sus labios. "Mejor así", pensó para sí. Sería estrictamente profesional hasta que JungKook... es decir, el señor Jeon, volviera a su casa en Busan. Y luego le olvidaría. Sí, eso sería lo mejor.
La tarde pasó aburrida, nada interesante pasó. Lo único entretenido fue cuando TaeHyung pudo escaparse un rato del bar y fue a hablar con él. El resto fue bastante tranquilo y, aún así, no dejó de sentirse algo denso y agobiado. A las 9 tenía una hora de descanso para cenar y luego volvió para realizar el turno de noche. Se preguntó si el señor Jeon habría vuelto en el tiempo que él había estado ausente. De nuevo, su mente se dividía sin saber si quería o no que hubiera sido así. A las 11 y media, su pregunta fue respondida. El alfa cruzó la puerta del hotel con su jefe de seguridad y sólo dos de sus guardaespaldas. Uno de ellos era el alfa que le había estado hablando de forma soez la vez que JungKook había vuelto borracho. Sus otros dos guardaespaldas habituales y la señorita Manoban, no habían venido con él. YoonGi esperaba que, como antes, JungKook siguiera su camino sin decirle nada. No tenían nada que decirle, de todas formas. Sin embargo, el alfa hizo que sus guardaespaldas esperasen un momento y caminó hasta el mostrador de YoonGi. El omega tensó sus músculos, pero intentó que no se le notara.
- Señor Min... - Se acercó con una sonrisa. - Quería darle las gracias por lo del otro día. He estado buscando el momento de hacerlo antes, pero no le vi en la recepción y, al salir hoy estaba tan apresurado... - Sintió su aroma a café más fuerte que nunca. Su camisa tenía varios botones abiertos, y YoonGi no pudo evitar mirar su clavículas marcadas y los fuertes músculos de su pectoral. Tampoco pudo reprimir el pensamiento que se alojó en su mente: "Deseaba verle sin camisa."
- No se preocupe, señor Jeon. No hay nada que agradecer. - Aseguró amable haciendo todo lo posible por mantenerse profesional, como se había exigido a si mismo. Sin embargo, sintió como el rubor se iba a instalar en sus mejillas en breve. Sentía el olor del alfa tan penetrante. - Me alegro de verle en mejor condición. - Dijo inclinándose, intentando despedirse.
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Uno entre cientos [YoonKook]
FanfictionYoonGi es uno entre cientos, es un omega varón. Todos esperan que sea sumiso, débil y obediente. Los prejuicios y los racismos contra su naturaleza han marcado su vida. Aun si todo el mundo le juzgaba por algo que él no había ni elegido ni querido s...