Sintió que ya había despertado en esa enorme y lujosa cama demasiadas veces en un solo día. Se movió un poco, primero temeroso de que le siguiera doliendo. No sintió más que un hormigueo en su trasero adormecido. Miró a su alrededor. No había nadie a la vista, pero la luz de la habitación contigua estaba encendida. Seguramente el alfa estaba trabajando allí. De pronto todos sus recuerdos se centraron en una cosa. Una idea que apenas se le había pasado por la mente, primero por su celo, después por su dolor. Jeon JungKook era su jefe. De hecho, era el deje de su jefe. Se había acostado con el dueño del hotel en el que trabajaba. Y no sólo eso. ¡Él estaba prometido! ¡Mierda! ¿Qué haría ahora? ¿Le despediría? No lo creía, en verdad. ¿Cómo se enfrentaría a él cada vez que le viera? Intentó pensar con calma. JungKook no tardaría en volver a Busan. Quizá sólo tenía que aguantar unos pocos días. Actuaría con normalidad. Se vestiría rápidamente y se despediría de él. No podía irse sin decir nada. Sería respetuoso y... Entonces se acordó de como se había comportado. Había insultado a su jefe. ¿Por qué había insultado a su jefe? No es como si fuera sólo culpa suya que le hubiera prácticamente partido en dos, técnicamente. De pronto, se abofeteó en el rostro.
- Tienes que serenarte. - Se gruñó a sí mismo. Entonces escuchó la puerta abrirse. De seguro había oído como se abofeteaba a sí mismo. ¿En qué estaba pensando? Pero su boca se abrió cuando a quien vio al otro lado fue a una hermosa y joven alfa, a la que sin duda reconoció. - Señorita Manoban. - Dijo estupefacto. Se cubrió rápidamente con las sábanas. - No...no es lo que parece. - ¿Qué clase de frase estupida es esa?
- ¿No? ¿Seguro? - Habló ella con el ceño fruncido. - Pareciera que un omega está desnudo en la cama de mi prometido. ¿No crees? - Pronunció casi gruñendo. - ¿Acaso vas a negar que te ha follado?
- Sí... Yo... No... - Estaba perdido. Le mataría. Estaba seguro de que esa alfa le mataría. Y además, no podia culparla. Entonces su alma cayó a sus pies cuando Lisa empezó a reír a carcajadas. Eso le confundió.
- Era una broma. - Dijo sonriente y divertida. - No es como si yo hubiera estado haciendo algo distinto anoche. - Rió alegremente con su confesión. YoonGi estaba estupefacto. - Verás, JungKook y yo no somos compatibles. - Aseguró. - No sexualmente al menos, teniendo en cuenta que él es gay. - Explicó la mujer agradablemente. - Aunque supongo que tú ya te habrás dado cuenta de eso. - YoonGi parpadeaba rezando por que aquello fuera sólo un sueño. - Los dos somos alfas y herederos de una compañía de importantes hoteles así que... - Abrió los brazos de forma teatral. - ...somos un matrimonio de conveniencia. Y además, muy buenos amigos desde hace tiempo. - Añadió.
- Igualmente, siento que me haya visto de este modo. - Comunicó YoonGi. - Me iré enseguida. - Ella negó agradablemente.
- No te preocupes. Ve a ducharte. - Le invitó mostrándole con un gesto la puerta del baño. - JungKook me ha dicho que te diga que ha tenido que ir a hacer unas cosas y que no llegará hasta la tarde. Supuso que no querrías quedarte tanto tiempo y se disculpa por no poder despedirse de ti adecuadamente.
- Pudo haberme despertado. - Comentó el omega. Ella sonrió.
- Dijo que parecías afectado por lo ocurrido. Quiso que pudieras descansar cómodamente, por lo que no te despertó. Eso habría sido demasiado descortés. - A pesar de que parecía mucho más alegre y cercana que JungKook, se notaba, por su forma de hablar e incluso por sus gestos, que también era una alfa educada de forma esquisita.
YoonGi recogió su ropa del suelo y, vergonzosamente, envuelto aún en las sábanas de la cama y se encaminó al baño. Inclinó la cabeza ante ella en señal de respeto. Ella levantó una mano restando importancia a su presencia.
- Yo no soy JungKook. No debes tratarme con esa cortesía. Bueno, tampoco creo que haga falta que sigas tratando a JungKook tan formalmente después de lo ocurrido. - Río divertida. Parecía que aquella situación la entretenía bastante.
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Uno entre cientos [YoonKook]
FanfictionYoonGi es uno entre cientos, es un omega varón. Todos esperan que sea sumiso, débil y obediente. Los prejuicios y los racismos contra su naturaleza han marcado su vida. Aun si todo el mundo le juzgaba por algo que él no había ni elegido ni querido s...