Uno entre cientos [YoonKook]

Es más fácil si estás a mi lado

Tras observar a JiMin y a su esposo marchar de la clínica, JungKook, HoSeok y YoonGi suspiraron por tres motivos distintos. JungKook de mero alivio.

- Luego hablaré contigo. - Se dirigió a HoSeok dando la espalda a YoonGi,quien no había dicho ni una palabra. - Lo que has hecho lanzandote a hablar con él de esa forma ha sido temerario y estúpido. - HoSeok, por su parte, aunque asintió a las palabras de su amigo y jefe, no podía evitar sonreír. Al fin podría ver a JiMin asiduamente y sin tanto riesgo. De pronto volvía a sentir esperanza. Puso la mano en el hombro de JungKook.

- Eres un gran amigo. - Pronunció. A lo que JungKook suspiró pesadamente. - Pero, ¿de verdad vas a hacer que YoonGi aprenda de JiMin?

- Claro que no. Sólo era una excusa para que pudieras pasar tiempo con JiMin. - Aseguró. - Aunque podrían aprender algo el uno del otro. ¿O tienes miedo de que te lo corrompa? - HoSeok rió un poco.

- Gracias por lo que has hecho.

- Ya. Espero no arrepentirme. Lo mío me ha costado dejar a un lado el hecho de que ese hombre tampoco merece ser traicionado de esa forma. - Proclamó.

- Lo sé. Por eso significa mucho para mí que te hayas puesto de mi lado en vez de del CIMETEL. Te lo compensaré de alguna forma. Lo juro. - Prometió.

Por otro lado, YoonGi estaba más que molesto por la forma en que JungKook le había tratado y, aun si seguían en un lugar público lleno de alfa y omegas educados en el CIMETEL no hizo nada para ocultar su gesto y se limitó a guardar silencio.

- Ven, vamos a sentarnos de nuevo. - Le dijo a YoonGi con cariño posando la mano en su espalda con suavidad, cosa que YoonGi rechazó, y fue a sentarse en una de las sillas libres de aquella elitista sala de espera. JungKook frunció el ceño confundido. - ¿Qué te ocurre a ti ahora? - Le preguntó sentándose en la silla que estaba a su lado. Claramente no eligió bien las palabras. Por suerte, YoonGi se contuvo y no le gritó. Sólo siguió hablando en voz baja, aunque su gesto de enfado era palpable.

- ¿Que qué me pasa? - Comentó anonadado. - ¿Te oyes cuando hablas, JungKook? ¿Eso es lo que piensas de verdad de los omegas no educados en el prestigioso CIMETEL? - Nótese que la palabra "prestigioso" fue dicha en tono de burla e ironía. - ¿Piensas qué voy a poner en ridículo tu noble apellido y a avergonzarte delante de tu familia por no tener tus mismas tradiciones?

- ¿Qué? Nada de eso, YoonGi. Necesitaba inventar algo para hacer que JiMin y HoSeok pudieran verse. - Le explicó el alfa.

- Eso lo he entendido. No soy tan estúpido como crees. - Aseguró enfurecido.

- Intentaba convercerle de que necesitaba a JiMin para algo importante y correcto.

- Pues has sido muy convincente. - Le reprendió. - Casi me has convencido a mí de que no debería estar con alguien como tú.

- No lo entiendes. - Se quejó. Parecía dolido y eso enfureció más aún a YoonGi. El que debía sentirse dolido era él. - Lo he hecho por ti, además de por HoSeok. Has sido tú el que ha dicho que el amor era lo más importante. He traicionado mis principios porque tú lo has dicho. JiMin está casado. HoSeok no debería acercarse a él. Y yo he usado el nombre de mi familia para cometer traición contra el CIMETEL facilitándoles las cosas para que puedan estar juntos. Y algo dentro de mí me sigue gritando que he hecho mal. - Aseguró intentando explicarle. - Antes de conocerte jamás habría hecho algo así. Me habría puesto de parte del señor Oh. JiMin no le pertenece a HoSeok. El adulterio es un delito para nosotros. ¿Entiendes eso? - No lo había pensado desde ese punto de vista.

- El verdadero delito es que se amen y no puedan estar juntos. - Añadió YoonGi más calmado. - Creo... creo que has hecho lo correcto. - Eso apaciguó un poco la pesadez del corazón del alfa. El señor Oh estaría destrozado si supiera lo que acababa de ocurrir.