No estoy enamorado

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Desconsolado y pensativo, YoonGi regresó a su casa. Caminaba cabizbajo, despacio y arrastrando los pies. Entró en su casa y olvidó fingir estar bien.

- Hijo. - Le llamó su padre inmediatamente. Él sabía que JungKook le había estado buscando porque él mismo le había dado la dirección de la cafetería en la que trabajaba. - Cariño. - Salió a su encuentro y le vio caminar por la casa distraído colgando su chaqueta y quitándose los zapatos. - Lo sabía. Sabía que no debía darle la dirección de la cafetería. - Se regañó a si mismo. - Lo siento mucho, hijo. Tienes un padre estúpido. ¡Estúpido! ¡Estúpido!

- No pasa nada, papá. - Aseguró YoonGi con dulzura. - Has hecho lo que tenías que hacer. Está bien haber visto a JungKook.

- Pero, cachorrito...

- Estoy bien, papá. - Reiteró esta vez mirándole a los ojos y sonriendo un poco. - No te preocupes. - Pidió entrando a su cuarto. - ¡Y deja de llamarme cachorrito! - Le gritó desde el interior, una vez había cerrado la puerta.

- ¡Eso nunca, mi cachorrito! - Le respondió su padre también gritando ya desde la cocina. YoonGi rodó los ojos, se dejó caer en la cama e hizo lo que haría cualquier persona mentalmente estable tras haber pasado la tarde con su exnovio: llamar a su mejor amigo.

- TaeTae... - Dijo cuando el beta descolgó la llamada.

- Mmmm... no me gusta esa manera en la que has dicho mi nombre. - Pronunció al instante, antes de saludar siquiera. - ¿Ha pasado algo?

- Bueno... - Sabía que TaeHyung pondría el grito en el cielo con sólo mencionarle a JungKook. Le seguía viendo como a un mal hombre aún después de las miles de veces que YoonGi le había asegurado que JungKook jamás había querido hacerle daño.

- ¡JungKook! ¡Desgraciado! - Le conocía tan bien que sabía, sin decirle nada, lo que le iba a contar. - ¿Cómo te encontró? ¿Qué te hizo?

- Basta. Basta, Tae. Sí, he visto a JungKook. - Reconoció y escuchó el gruñido disconforme de su amigo. - Pero no me ha hecho nada. Y te aseguro que yo le hice más daño a él que él a mí. 

- Mmmm... ¿En serio? - Preguntó. - Entonces... bien hecho. - Le felicitó. - Pero... entonces ¿por qué esa voz de tristeza?

- Tae, a diferencia de ti, yo no disfruto del sufrimiento de JungKook. - Explicó.

- Deberías después de todo lo que te hizo él. - Se quejó.

- Ya lo hemos hablado mil veces, Tae. JungKook no tuvo la culpa de lo que ocurrió. Fue su padre quien lo provocó.

- Ya... sí... ya sé... - Respondió claramente no convencido. No importaba la de veces que YoonGi le explicara a TaeHyung lo que sucedió en aquel entonces, para él siempre sería culpa de JungKook. De haberle conocido en realidad. - Nunca debiste entrar a trabajar ahí. Un lugar como ese, dirigido por alfas... No fue una buena idea. Estás mucho mejor donde estás ahora.

- No sé por qué te llamo. - Sentenció YoonGi. - Intento contarle a mi mejor amigo que he visto a mi exnovio después de un año y todo lo que haces es volver a repetirme lo capullo que te ha parecido siempre. - Se quejó.

- Pero JungKook, sabes que lo digo por tu bien.

- No soy un niño pequeño, TaeHYung. ¡Deja de decirme tonterías como esa! ¡No has parado en un año entero! - Gritó. Ambos se quedaron en silencio por un largo momento.

- ¿Qué es lo que quieres oír entonces, YoonGi? - Preguntó cauteloso después de un rato.

- Nada, Tae. - Pronunció. - Sólo quería que me escucharas. Sólo quería contarte que... él... - Dudó en hablar, pero de pronto sonrió un poco sin planearlo. - Pasamos un día divertido juntos. Nada más.

Uno entre cientos [YoonKook]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora