Regresar sin ti

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JungKook recibió una llamada esa tarde después de dejar a YoonGi. Su hermano le necesitaba al día siguiente en Seúl para una campaña colaborativa para una revista con una empresa de artículos deportivos. Era un trato importante con mucho futuro, pero había sido algo precipitado y debía volver pronto. Calculó que tenía que salir antes del mediodía del día siguiente. Igualmente él ya había hecho lo que había ido a hacer a Daegu. Había hablado con él, le había dicho que le amaba. El resto estaba en manos de YoonGi y tenía su número de teléfono. Según JungKook, que había estado pensando en ello gran parte de la mañana, porque al despuntar el alba ya fue incapaz de dormirse, YoonGi podía hacer tres cosas. De mejor a peor, podía llamarle inmediatamente, podía tardar unos pocos días o podía no llamarle nunca. Por eso no se separaba de su teléfono. Tenía la esperanza de que le llamaría pronto. O, más bien, tenía la idea de que si no le llamase pronto, no lo haría nunca. Prácticamente, esa noche había dormido con el móvil en la mano.

No había deshecho las maletas, porque no había traído muchas cosas ni pensaba quedarse demasiado tiempo, así que no tenía por que madrugar para prepararse, pero no podía dormir bien. Se duchó, desayunó con calma y bajó a la recepción del hotel sin demasiada prisa. Miró el reloj. Eran las 11 cuando llegó al vestíbulo. No había nada más que pudiera hacer allí y esperar una llamada que no sabía si iba a llegar le ponía nervioso. Lo mejor era volver a casa y ponerse a trabajar lo antes posible. No había pensado lo angustioso que sería esperar una llamada como esa. La incertidumbre le devoraría. ¿Cuánto tenía que esperar hasta rendirse? Ahora se daba cuenta de que no podría. En un rincón de su alma siempre esperaría un poco más. Un día más cada vez. Y en cada llamada que recibiera tendría la esperanza que fuera él. Podía hacerse viejo y rechazar a cualquier que se le acercase y pudiera hacerle feliz, únicamente por esperarle. De pronto fue consciente de que había cometido un gravísimo error al no poner una fecha límite o algo así. Si YoonGi nunca le llamaba, estaba perdido, quizá para siempre. Esperaría su llamada eternamente y, ahora que se había dado cuenta de su desastre, se le formó un doloroso nudo en el pecho.

- Señor Jeon. - Le habló la recepcionista sacándole de lo más profundo de sus pensamientos. - ¿Desea algo más? - Hacía bastante que nadie le llamaba Señor Jeon. Ahora sólo era JungKook para todo el mundo.

- Nada más, gracias. - Dijo con una sonrisa y una pequeña revelencia. Seguía con el teléfono en la mano. Lo miró, suspiró y se lo guardó en el bolsillo del pantalón de camino al aparcamiento. Aunque apartara el móvil de su vista, parecía que le latía en el bolsillo. No podía no ser consciente de su presencia, lo que resultaba angustioso. Metió sus cosas en el maletero y se metió en el coche. Su deportivo era una de las pocas cosas que había guardado de su vida anterior. Tampoco tenía por qué deshacerse de él si podía mantenerlo. El motor arrancó y el coche empezó a moverse despacio. Salió del aparcamiento subterráneo y, muy lentamente, pues era una zona peatonal, condujo frente a la entrada del hotel para salir a la carretera principal. Fue en ese instante cuando una sombra se le cruzó veloz y frenó de golpe. Hizo sonar el claxon con furia.

- ¿Pero qué haces, idiota? - Exclamó furioso saliendo del vehículo. - ¿Por qué te has lanzado delante del coche? - Entonces se dio cuenta de quien se trataba. - ¡YoonGi! - Se sorprendió al verle. - ¿Cómo se te ha ocurrido hacer una temeridad como esa? ¿Estás loco? Podría haberte pasado algo. Casi te atropello. - Le regañó, pero se dio cuenta de que su rostro estaba lleno de lágrimas. - Hey... - Se acercó a él. - ¿Estás bien? ¿Te has hecho daño?

- Creía... - Lloró YoonGi. - Creía que... - No conseguía formular frases completas.

- Tranquilo. - Le abrazó con cariño. - No te has hecho daño, ¿verdad? - Quiso asegurarse primero. YoonGi negó contra su pecho. - Vale... - Susurró. Limpió sus lágrimas con sus pulgares. - Calma, dulzura. Sabes que no soporto verte llorar.

Uno entre cientos [YoonKook]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora