Maldito calor, estoy sudando, creo que el aire acondicionado se ha estropeado o algo parecido. Esto es agotador. Ya llevamos más de media hora parados en mitad del túnel y no informan de nada y para colmo no tengo cobertura para llamar a mi jefa y decirle que llego tarde a trabajar. De esta me cae una bien gorda aunque tenga una excusa justificada, Olga es de lo más exigente.
Dejar que me presente. Me llamo Emma Salinas, tengo 24 años y soy un desastre. Soy pelirroja con tez blanca con tono algo rosado, ojos color avellana, no soy ni alta ni baja, ni gorda ni flaca. Quizás destacan mis labios carnosos y con ligero toque rojizo, en más de una ocasión me han llegado a preguntar si son operados. Pues no, son naturales como la vida misma, de hecho los heredé de mi madre. Estudié diseño y publicidad, un máster en orfebrería y hablo tres idiomas: Ingles, español y alemán. Y como muchos jóvenes de hoy en día a pesar de tener una buena formación, trabajo como dependienta en una conocida tienda de alto standing. Aunque mejor no quejarse, esto me sirve para pagar mis facturas.
Vuelvo a sacar mi móvil del bolso, ya han pasado quince minutos desde la ultima vez y sigo sin cubertura. Una musiquita sale de los altavoces y suena una voz distorsionada a causa de lo viejo que es el metro. La voz informa de una avería en las vías del metro y ya hay varios operarios en camino. La gente empieza a cuchichear y se forma un gran alboroto. Yo decido abstenerme, de nada va a servir quejarse. Saco de mi bolso el móvil y conecto los auriculares y me pongo a escuchar música, de mi bolso también saco una pequeña libreta y unos lápices. Adoro, amo dibujar. Si por mi fuera me pasaría el día entero dibujando, cuando estoy centrada en el papel nada más existe, todo mi entorno desaparece.
Un pitido me saca de mi mundo de bocetos y colores. Mierda! estaba tan centrada en el dibujo que ni siquiera me he dado cuenta que la avería ya ha sido arreglada y el tren esta parado en mi estación a punto de cerrar las puertas. Sin apenas tiempo agarrando todo lo que llevo salgo del trena toda prisa.
Al fin, al fin llego a la tienda y me dirijo a la parte trasera para ponerme el uniforme, un traje chaqueta de falda azul marino y americana cruzada del mismo tono y con los botones en dorado, una blusa blanca y zapatos con un poco de tacón en color crema.
- Emma ¿Dónde estabas? Llevamos toda la mañana llamándote.- Martina entra a toda prisa con varias prendas y las empieza a colgar en un burro.- Olga esta hecha una fiera
- Ay Martina, tres horas encerrada en el metro. Menos mal que he tenido la fortuna de poder sentarme. He tratado de llamar pero es que estaba sin una raya de cobertura. Estaba desesperada
- Olga esta furiosa. Tienes suerte que ha salido hacer unos encargos y no creo que hasta después de comer llegué. Cámbiate rápido y ponte a trabajar.
La mañana se pasa igual que todas las que llevo desde que entré a trabajar. Saludar al cliente con una amplia sonrisa, ofrecerle tu ayuda en caso de ser menester y algo de tomar. Si el cliente pide ayuda ser lo mas amable sin dejar de ser sincero y siempre hacer que el cliente se lleve el máximo de prendas posibles. Una vez el cliente tenga su compra se le acompaña a caja dónde la compañera de turno hará la facturación de dicha compra. Cuando la compra ya ha sido facturada se le entrega la bolsa al cliente y se le acompaña a la puerta. Esa es la rutina de todos los días desde hace dos años y medio, y esto paga mis facturas.
La mañana pasa rápido. La señora Petrova, una de nuestras clientas más habituales entra a la tienda. El vigilante le abre la puerta y me acerco a saludarla.
- Buenos días señora Petrova
- Te tengo dicho que me llames Anastasia.- me entrega su abrigo y bolso.
- ¿Desea tomar algo? Nos han traído unos cócteles de fruta sin alcohol de uno de los mejores chefs de París. ¿Desea probar uno?- Me mira pensativa.
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Tú Otra Vez ( Saga Amor Destinado #1)
Romance¿Qué pasaría si años después te reencontraras con el chico del que estabas perdidamente enamorada en tu adolescencia y él jugó contigo? Pues eso me pasó a mi. Max Ferreti era el chico de mis sueños y para él solo fui una maldita apuesta junto a sus...