Parte 8

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Mi amo seguía enfadado pero se veía que ya se iba calmando sus castigos ya eran más suaves, más que castigarme solo quería darme placer en ese momento.
Me quito los tapones para poder escuchar lo que tenía que decirme.
- Espero que hayas aprendido la lección pequeña, porque no quiero que esto se vuelva a repetir.
Solo asentí mirándole a los ojo, esos preciosos ojos que tanto me excitaban pero que a la vez me imponían tanto respeto.
Empezó a desatar mis piernas entumecidas a la vez que me daba pequeñas caricias que provocaban descargas en mi piel, cuando termino yo aún estaba dolorida y casi no podía moverme, pero mi excitacion seguía aumentado por cada roce que me daba, me había quitado todas las ataduras solo faltaba en antifaz. Me le quito y le vi dirigirse al servicio.
Cuando conseguí ponerme en pie me dirigí detrás de él al servicio, lo que menos esperaba es que me estuviese esperando sentado en el borde de la bañera.

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