Parte 28

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Te veía desde la cama y yo no hacía más que retorcerme y suplicarte que te necesitaba dentro que me follases duro y notar tu corrida dentro de mi.
Te reías desde el sillón y me decías.
- No no has sido mala asique tú te vas a quedar hay tal y como estás mientras yo disfruto de las vistas.
Fue un tiempo interminable viendo como te masturbabas y como derramaste toda tu leche por tu polla y seguías con ella dura.
Te levantaste y te subiste a la cama diciéndome.
- Ahora si va a ser tu momento.
Te pusiste entre mis piernas y me la metiste hasta los huevos, me follabas rápido y duro, porque era lo que ambos necesitábamos, en una de las estocadas me pellizcaste los pezones eso era lo q necesitaba para correrme.
Tú lo notaste y también te corriste de nuevo en mi, masajeabas mi coño extendiendo toda la leche q de él salía por mis muslos y mi monte, metiste dos dedos y al sacarlos estaban llenos de ti y de mi, me ordenaste abrir la boca y lamerlos mientras me decías.
- Asi sabemos tú y yo unidos.
Me quede dormida relajada sabiendo que estaba protegida, pero escuché tus últimas palabras.
- Mañana no te libras de hacerlo en sitios públicos donde nos puedan ver gente que no esté en este mundo.

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