Hoy volví a la práctica de fútbol americano.
Belle tenía razón cuando me dijo que no estaba en forma.
Estoy exhausto.
El entrenador nos explotó, más a mí que estoy recién integrándome después de mis vacaciones por indisciplina.
Ahora me encuentro esperando a Belle que tenía una reunión con su profesor.
Ambos salen de la sala riéndose. Es el mismo profesor que la acompañó en la charla hace un tiempo.
Mi estómago se revuelve.
Me acerco a ellos. Abrazo a Belle por los hombros y beso su sien.
Belle sonríe con sus mejillas sonrosadas.
─Hola─ saludo tranquilamente, pero por dentro me siento furioso.
─Hola, David─ sonríe el profesor de la morena─ Felicidades por su relación─.
─Gracias─ sonrío. De pronto me siento menos furioso.
─Ahora, si me disculpan, debo dejarlos─ vuelve a sonreír─ A las mujeres no se les hace esperar, menos si son tres─ guiña un ojo y se marcha.
─Es un tipo muy simpático─ comento.
─No pensabas eso la primera vez que lo viste─ alza una ceja.
─Bueno, hoy cambié de opinión─ beso su mejilla.
─¿Cómo estuvo tu entrenamiento? ─ pregunta sonriendo.
─Agotador─ suspiro─ Necesito reanimación ahora─ digo acercando mi rostro al de ella.
─¿Cómo? ─ frunce el ceño y yo sonrío.
Rozo mis labios con los de ella y...mi teléfono suena.
─A veces creo que tu Dios me odia─ murmuro con frustración.
Saco mi celular del bolsillo y contesto.
─Hola pá─ digo sin ánimos.
─¿Estás bien? ─ pregunta en cuanto respondo.
─Mmm, sí─ miro a Belle. Es una bruja.
─Mmm─ dice él. Sonrío. Papá sabe cuándo miento─ Estamos en casa esperándote para cenar, ¿vendrás? ─.
Hoy es nuestra cena familiar. Aquella vez que conversamos, acordamos que al menos una vez al mes cenaríamos todos juntos en casa.
─Sí, voy─ abrazo más a Belle─ ¿Habrá espacio para alguien más? ─.
Belle me mira y frunce el ceño.
─Cariño, pero es nuestra cena familiar, quedamos en que seríamos sólo los tres, nada de amistades─ responde papá.
─Es alguien de la familia─ insisto.
─No tenemos más familia, David─ ríe papá.
─Bueno, es alguien que está recién integrándose─ beso la frente de la morena.
Ella niega con su cabeza efusivamente.
─No juegues conmigo, David─ advierte papá.
─Nos vemos en un rato, pá, adiós─ me despido y corto la llamada.
─No iré─ sentencia la morena.
─Irás conmigo─ entrelazo su brazo con el mío.
─¡No estoy preparada! ─ reclama.

ESTÁS LEYENDO
Sólo Siente [#1]
Genç KurguReprimir lo que sientes para sobrellevar el mundo puede convertirse en un martirio si te enfrentas a algodón de azúcar y chocolate caliente, porque te obliga a experimentar las mil y una sensaciones que puede producir, incluso, puede contactarte con...