Pijamas

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─¿Dónde está Belle? ─ le pregunto a Violeta en cuanto la veo entrar a la cafetería.

No vi a Belle en la mañana porque llegué tarde y tuve que irme directo al auditorio, ya que teníamos simulación.

Violeta me mira unos segundos como si no entendiera mi pregunta.

─No vino hoy─ responde─ ¿Dónde está Matt? ─.

─¿Por qué? ─ frunzo el ceño. Ella repite mi gesto.

─Por qué, qué? ─ replica sin comprender. Ruedo los ojos.

─¿Por qué no vino? ─ aclaro.

─No se sentía...bien─ sus mejillas se vuelven rosadas.

─Violeta, dime ahora qué es lo que le pasó a Belle. Y quiero la verdad─ le advierto.

─En la mañana me dijo que te llamaría para avisarte, no entiendo por qué no lo hizo─ me mira─ Supongo que si no lo hizo es por algo─ encoge sus hombros y se sienta.

─Violeta─ digo amenazante.

─No te lo diré, si mi hermana no lo hizo, no tengo por qué hacerlo yo─ sentencia.

─Bien─ digo aguantando las ganas que tengo de gritarle. Me giro.

─¿A dónde vas? ─ grita. Ya me he alejado de ella.

─A verla─ le grito de vuelta

─¿Y Matt? ─ vuelve a gritar.

─Si él no te quiso decir dónde está, ¿por qué tendría que decírtelo yo? ─ me burlo.

Y trotando me marcho de la universidad.

...

Golpeo la puerta. Nadie abre. Vuelvo a golpear, esta vez con mayor intensidad.

Tras unos minutos escucho su voz desde el otro lado de la puerta.

─¿Quién es? ─ se escucha adormilada.

─Un encargo de chocolates para la señorita Belle Miller─ respondo.

La puerta se abre.

─¿Qué haces aquí? ─ pregunta.

─Hola amor, estoy bien, gracias, yo igual te eché de menos hoy─ respondo con sarcasmo.

Ella no sonríe ni dice nada.

─¿Estás bien? ─ tomo su rostro entre mis manos y la miro detenidamente─ ¿Estás enojada conmigo? ¿Hice algo que te hizo enojar? ─.

Se para en la punta de sus pies y deposita un pequeño beso en mis labios. Un escalofrío me recorre.

─Entremos─ dice. Ella se sienta en el sillón y yo me quedo de pie, observándola─ ¿No te sentarás? ─.

Me siento a su lado. No sé por qué tengo la sensación de que he cometido un error con Belle y que todo esto se acabará.

Belle se acurruca a mi lado, apoyando su cabeza en mis piernas.

Mi cuerpo se relaja.

─Quiero mi entrega─ dice de pronto. Le entrego la bolsa del supermercado al que pasé a comprar de todos los tipos de chocolate que encontré.

Ella toma uno y lo abre. Me entrega dos cuadritos y ella come otros dos.

─Hoy no fui a la universidad porque tengo dolor de cabeza─ suspira─ Cuando mi periodo llega, los dolores se intensifican─.

La miro.

─¿Tu periodo? ─ frunzo el ceño. No entiendo.

─Sí, ese que le llega a la mujer una vez por mes─ se sienta y me mira─ ¿No sabes lo que le sucede a la mujer, David? ─ dice con incredulidad.

Sólo Siente [#1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora