Podría haberme quedado en Nueva York toda la semana, ya que mi permiso se extendía por toda la primera semana de clases, pero por alguna extraña razón, que aún no logro descubrir, quería regresar a la Universidad. Raro, muy raro, lo sé.
En fin, luego de toda una mañana productiva, en donde puse mi completa y absoluta atención en lo que el profesor decía, el odioso, pero esperado timbre, sonó, dándonos aviso de que ya es hora de almorzar. Y la verdad es que mis tripas lo agradecen porque estoy hambriento.
Con una ansiedad de la que nunca había sido testigo antes, bajo las escaleras y camino por el pasillo que me lleva hasta la cafetería de la universidad. Pero mis pies se detienen. Sin reparo. Sin aviso.
¿Por qué cuando me ausento de clases llegan chicas guapas a la universidad?
Está de espaldas a mí, frente a una ventana. Es menuda. No es muy alta, creo que le gano por una cabeza. Su cuerpo es curvilíneo y su trasero es redondo.
Sonrío. Me encanta y sé que le encantaré.
Su cabello cae por su espalda en suaves ondas. Lleva puesta la blusa, el blazer y la falda de tubo que llega hasta un poco más abajo de sus rodillas y que se ajusta muy bien a su lindo cuerpecito. Y para terminar, algo que realmente me enloquece, lleva tacones, altos y finos que la estilizan aún más.
Aquí vamos. Aunque sé que dije que las chicas de esta universidad quedaban fuera de mis conquistas. Aunque sé que luego me arrepentiré cuando ella ande detrás de mí.
─Al parecer a Dios se le escaparon los ángeles─ digo a sus espaldas con voz ronca, aquella voz que ha seducido a todas.
Menos a Violeta.
─No puedo creer que hayas dicho eso─ se gira.
Mil baldes de agua fría con hielo caen sobre mí.
─Be-be...─ trago en seco. Mi garganta se siente como un desierto.
─¿Otro apodo más? ─ ríe─ ¿Ya no seré morena? ─ hace un puchero.
Dios, si realmente estás por ahí escuchándome, ¿qué hice para merecer esto?
─Mo-morena...─ suspiro─ Belle...─ paso mis manos por mi rostro con frustración, como queriendo despertarme.
─¿Me puedes explicar por qué es que no puedes formar ninguna frase? ─ sus manos está unidas frente a ella, posición que la hace lucir aún más...
─¿Por qué estás vestida de esa manera? ─ digo con enojo. Me engañó. Belle me engañó.
─Porque debo usar el uniforme─ de pronto sus ojos se abren de par en par─ ¿O es que hoy se podía venir sin el uniforme? ─ su voz suena horrorizada.
─Me refiero a los tacones─ gruño. Yo quería que fuese una chica nueva.
─Ah─ sonríe─ Porque luego tengo una presentación─.
─Pensé que eras alguien...nueva─ confieso. Mi voz está cargada de pesar.
─¿Nueva? ─ frunce el ceño─ ¿Cómo nueva? ─.
─Una compañera nueva─ acomodo uno de sus mechones de cabello. Me gusta que sea liso, no ondulado─ Te ves...diferente─ bajo mi mano y la meto en el bolsillo de mi pantalón.
─¿Diferente? ¿Por qué? ─ su ceño fruncido se intensifica aún más─ Estoy igual que siempre─.
─No, no estás igual que siempre─ digo con enfado─ Tu cabello no está liso y tus zapatos...tus zapatos, aunque te ves condenadamente bien, hacen que tu trasero se realce Belle, y es frustrante, porque pensar eso acerca de ti me hace sentir sucio─.
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Sólo Siente [#1]
Genç KurguReprimir lo que sientes para sobrellevar el mundo puede convertirse en un martirio si te enfrentas a algodón de azúcar y chocolate caliente, porque te obliga a experimentar las mil y una sensaciones que puede producir, incluso, puede contactarte con...