Herida cerrada

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Me he convertido en un real idiota.

En mi defensa, diré que soy un idiota feliz.

Aunque Belle no está tan feliz.

En la mañana nos expulsaron de la clase de debate. A Belle y a mí.

Yo digo que la culpa fue de Belle por no darme el beso de buenos días. Belle dice que la culpa es mía por no saber adecuarme al contexto.

Nuestro cuchicheo aburrió al profesor Anderson y nos expulsó, además de darnos un trabajo para hoy en la tarde.

Me estaciono en casa. Bajo y ayudo a Belle a hacer lo suyo.

─Te dejaré en mi pieza y luego yo bajaré por algo de comida─ aviso.

─No─ dice con seriedad─ Haremos el trabajo aquí abajo, no iré a tu pieza─.

─Mi cuarto es más cómodo, allí tengo todo lo que podemos necesitar─ insisto.

─En mi bolso tengo todo lo que podemos necesitar, no te preocupes, además, las sillas del comedor son bastante cómodas─ sonríe.

─¿Por qué no quieres ir a mi cuarto? ─ la miro con el ceño fruncido.

─Porque estamos solos y no me voy a arriesgar a estar en una situación de la que luego me pueda arrepentir─.

─Belle, yo sé que entre nosotros no pasará nada hasta que nos casemos─ acaricio su mejilla.

─Yo también lo sé, pero también sé que hay que evitar ciertas situaciones─ suspira─ Las tentaciones, el pecado, lo malo, o como quieras llamarle, siempre va a estar ahí, y está en nosotros el alejarnos de ello o acercarnos. Yo soy fuerte, puedo ponerte un alto bajo circunstancias que puedo controlar, pero no sé cuáles son mis límites y tampoco quiero jugar a descubrirlos, por eso es que prefiero evitar ciertas circunstancias─ explica.

─¿Esto es sólo conmigo? ─ pregunto. Ella frunce el ceño y me mira. Pasan unos segundo y sonríe.

─Sí─ entrelaza su mano con la mía─ Nunca conocí la casa de Jake, pero cuando estaba a solas con él no tenía problemas en detenerlo cuando algo no me agradaba, pero contigo todo es diferente, David. Lo que siento por ti es diferente, por lo tanto, lo que despiertas en mí nunca antes lo había experimentado─ sonríe con dulzura─ El amor te hace hacer cosas que jamás pensaste hacer, por eso evito ciertas situaciones...Porque antes que amarte a ti, amo a Dios, y quiero hacer las cosas bien, como siempre he deseado─.

La abrazo. Cada palabra que sale de su boca me hace sentir especial. Suspiro.

─Gracias por confiar en mí─ beso su nariz y la guío hasta el comedor.

...

─Iré por la llave─ le digo a Belle. He olvidado la llave del auto en el otro pantalón.

La puerta de entrada a la casa se escucha, seguido de la voz de mi madre.

Una melodía de piano llega a mis oídos.

No, no, no, no.

Bajo corriendo las escaleras.

─¡Belle! ─ grito. Entro a la sala de estar. Belle está tocando el piano y cantando Let It Be. Mi madre llega detrás de mí─ Le diré que dejé de tocar─ le susurro a mamá.

Ella niega efusivamente con la cabeza.

─Toca con ella, por favor─ susurra con su voz quebrada.

─Mamá, no...─ la miro. Ella sonríe con sus ojos llenos de lágrimas.

─Por favor─ insiste. Asiento con mi cabeza.

Camino hacia donde Belle toca y canta y con libertad. Me siento a su lado y ella sonríe.

Me uno. Ambos tocamos. Ambos cantamos.

La canción llega a su fin y en cuanto la melodía acaba, se escucha el sollozo de mi madre.

Me pongo de pie rápidamente y la abrazo.

─Oh, cariño─ susurra mi madre─ Había olvidado lo bonito que sonaba el piano y lo hermoso que tú cantabas─ acaricia mis mejillas─ Perdón por haberte dejado de escuchar─.

─Eso ya pasó, mamá─ beso su frente. Me sonríe. Va hacia donde Belle y la abraza.

─Gracias por tocar tan bonito─ besa su mejilla─ Cantas hermoso, querida. No me cabe la menor duda de que si mi madre te hubiese escuchado cantar su canción favorita, no te hubiese dejado ir jamás─.

La morena sonríe.

─¿Cuál era su canción favorita? ─ pregunta Belle.

─La que estabas cantando─ responde mamá.

─También era la favorita de mi abuela─.

─Desde hoy en adelante, ese piano no se cierra más─ sentencia mamá─ ¿Se quedarán a cenar, verdad? No quiero cenar sola─.

─¿Y papá? ─ pregunto.

─Viaje de emergencia─ suspira. Ni a ella ni a mí nos gustan los viajes de emergencia, porque papá siempre se enferma al volver.

─No me avisó─ frunzo el ceño.

Mamá me mira y encoge sus hombros a modo de disculpa.

─¿Se quedarán? ─ vuelve a preguntar.

─Por mí no hay problema─ sonríe Belle.

─Bien, iré a prepararla─ dice y se marcha.

─¿Todo bien? ─ pregunta la morena. La miro y suspiro.

─Sí─ la abrazo.

Sé que sabe que no hesido sincero, pero respeta mi silencio.

Sólo Siente [#1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora