Cita

118 13 2
                                    

─Hola guapa─ saludo con entusiasmo.

─Hola David─ responde. Podría apostar a que está sonriendo.

─Quería invitarte a un lugar─ de pronto me siento nervioso.

─¿No me preguntarás cómo estoy, primero? ─.

─Si aceptas ir conmigo, podríamos hablar de eso y mucho más─ digo sonriente.

─¿A qué lugar quieres ir? ─ dice con curiosidad.

─Por ahí─ encojo mis hombros y camino hacia mi cama.

─No puedo decirles eso a mis padres cuando me pregunten a dónde voy, David─.

Sonrío y me siento en mi cama.

─De acuerdo─ suspiro con resignación. Apoyo mi espalda en el colchón y pongo mi brazo detrás de mi cabeza─ A un karaoke─.

El silencio atraviesa la línea telefónica.

─Tampoco sé si le pueda decir eso a mis padres─ dice pensativa.

─Violeta ya ha estado allí─ digo a la defensiva.

─Me estás bromeando, ¿verdad? ─.

─Noup─ suspiro─ Vamos, di que sí─ insisto.

─David, es que no lo sé─ su voz se ha vuelto afligida─ No voy a lugares de ese tipo desde que terminé mi relación con Jack─ dice con pesar.

De inmediato me siento en la cama. Mi estómago se revuelve.

─Lo siento─ digo apenado─ Quería que nuestra primera cita fuera allí y que pudiéramos cantar juntos y pasarlo bien─ me disculpo.

Otro largo silencio invade la llamada.

─¿Una cita? ─ habla de pronto. Un ruido fuerte se escucha al otro lado del teléfono.

─¿Estás bien? ─.

─Sí, choqué con...─ guarda silencio abruptamente─ David, no me cambies el tema, ¿de verdad quieres ir a una cita conmigo? ─ dice sin poder creerlo. Puedo imaginarla cubriendo su rostro con ambas manos.

─Sí─ respondo simplemente.

─¿Qué tipo de cita? ─ jamás la había escuchado hablar tan rápido.

─No lo sé, una cita─ encojo mis hombros─ ¿Hay más de un tipo de cita? ─.

─¿De amigos? ─ insiste.

─No lo sé─ rasco mi cabeza.

─No juegues conmigo, por favor─ dice suplicante. Me gustaría estar a su lado y abrazarla.

─Belle Miller, quisieras ir a una cita-no de amigos-conmigo? ─ pregunto con toda la seriedad de la que soy capaz.

...

Ambas entran tomadas del brazo. Las miro. Ambas son guapas, creo que eso jamás cambiará, pero lo que sí hoy ha cambiado, es que al ver a la morena, mi corazón va un poco más rápido y una sensación extraña recorre mi estómago.

Su vestido cincuentero habitual, de color blanco con guindas rojas, me encanta. Creo que es mi favorito. Aunque no logro divisar si es el mismo con el que ya la había visto antes, porque lleva una chaqueta de cuero, del mismo color que las guindas, abrochada hasta el cuello.

Hoy lleva zapatos blancos de tacón. Si no la conociera, juro que sería mi conquista de la noche.

Porque no lo será, ¿verdad?

Sólo Siente [#1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora