Cafetería

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─Pasas mucho tiempo con tu profesor─ digo en tono de reclamo.

─Eso es obvio, si es mi tutor─ sonríe.

─Bueno, dile a tu tutor que...─

─¿Que tengo un novio al cual amo y está seguro de que jamás lo engañaría o dejaría por alguien más? ─ dice sonriente.

─¡Tienes que entenderme, Belle! ─ suplico─ Es la primera vez que siento esto tan detestable al ver a mi chica con otro─.

─Oh, ¿la chica de David soy yo? ─ alza una ceja─ ¿Soy la chica de la que todos hablan? ─ sus mejillas se tornan color.

La miro con ternura. Hemos estado más juntos de lo normal y la gente ha comenzado a hablar de nosotros. Lo que más se escucha en los pasillos, es que estoy jugando con ella.

Y aunque Belle dice que no le afecta, sé que sí lo hace. Ella es dulce y atenta cuando estamos a solas, pero en la universidad, cuando hay más gente, evita estar tan pendiente de mí.

Y eso no me gusta. Y no, no es porque quiera que esté todo el tiempo pendiente de mí, sino que quiero que sea ella misma. Que se sienta cómoda siempre.

Entramos a la cafetería y el silencio se instala en el lugar. Pareciera que todos dejan de hacer sus cosas para mirarnos.

Belle baja su cabeza e intenta alejarse de mí. Y realmente me parece insólito, porque si ella me suelta, no podrá seguir caminando y se quedará de pie en medio de la cafetería.

Tomo su mano libre, aquella que no está entrelazada con mi brazo, y la tiro hacia mi cuerpo, de manera que se estrella contra mí. Con una mano tomo su cintura y con la otra su nuca.

Ella sostiene mis brazos fuertemente y me mira con sus ojos grandes y asustados. Sonrío ante su inocencia. Y sin poder contenerme ni un segundo más, la beso.

¡Y vaya que beso!

Acaricio sus labios, anhelando que sienta a través de mí todo lo que ella me produce.

Me separo de ella lentamente.

─Te amo, Belle─ digo sonriendo. Ella sonríe avergonzada, intentando esconderse entre mis brazos.

─¡Si los besos embarazaran, juro que Belle hubiese quedado de mellizos! ─ exclama un chico a mis espaldas─ ¡O quizás de trillizos! ─ dice escandalizado.

Me giro para mirarlo con Belle escondida en mi pecho.

─Solo imagina cuántos serían sin público─ digo con arrogancia.

─Daviiiiiddd─ reclama Belle aún escondida. George la arrebata de entre mis brazos y se la lleva hasta la mesa.

Los sigo rápidamente, molesto con ese amigo suyo por quitármela de esa manera.

─¿No me presentarás como tu novio a tu amigo? ─ me siento frente a ambos. El chico moreno me mira con cara de pocos amigos.

─En primer lugar, Belle es mi mejor amiga y me cuenta absolutamente todo, por lo tanto, antes que tú te enteraras que ella te quería, yo ya lo sabía─ sonríe mirando a Belle. Luego vuelve a mirarme─ En segundo lugar, después de ese beso, no me quedarían dudas de que ustedes son novios, es decir, Belle jamás besaría de esa manera a alguien que no lo es─ advierte.

─¿Por qué hiciste eso, David? ─ pregunta Belle con nerviosismo.

─Eso es fácil, bruja─ George acomoda el cabello de Belle. Mi estómago se contrae─ Porque así toda la universidad se entera que ustedes están juntos─ aprieta la nariz de Belle y ella golpea su mano.

Sólo Siente [#1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora