Fiesta de té

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─¿Dónde está Belle? ─ pregunto en cuanto veo a Violeta.

La he estado buscando por toda la universidad. Recorrí cada lugar en el que podría haber estado, pero no la encontré. Así que decidí ir hasta la entrada del campus, pero a quien necesitaba encontrar, no está.

─Creí que querías que te dejara en paz ─ responde con ironía.

─Quedamos en que hoy iríamos al hogar juntos─ explico.

─¿Crees que a mi hermana le quedarían ganas de ir contigo a alguna parte, después de como la trataste ayer? ─ alza una ceja cruzándose de brazos.

─¿No me esperó? ─ frunzo el ceño.

─Eres realmente idiota─ bufa.

─¿Se fue sola? ─ insisto.

─No, con su novio─ responde con seriedad.

La miro. Siento como si me hubiesen golpeado en el estómago. Quiero vomitar.

Demonios, qué es todo esto que siento.

De pronto me siento furioso y con ganas de golpear a alguien.

Me doy media vuelta y me subo a mi moto. Justo cuando enciendo el motor, Violeta grita preguntándome a dónde voy. Ignorándola me alejo del estacionamiento de la universidad.

...

En menos de lo esperado llego al hogar. Golpeo la puerta que es inmediatamente abierta por Rosie.

─¡David, qué sorpresa! ─ me saluda.

─Belle sabía que vendría, ¿no se lo dijo? ─ digo con curiosidad.

─No, no me dijo nada─ encoge sus hombros─ Pero pasa, ella e Isidora están en el salón en una reunión de té─ sonríe.

Sin entender a lo que se refiere asiento y voy hasta el salón.

Ambas están sentadas en el suelo sobre una manta. Tres tacitas de té con sus respectivo platos y cucharas están acomodados, todo muy pequeño para mi gusto.

Isidora está cabizbaja, su semblante es triste y decepcionado. Belle acaricia el cabello de la pequeña, en un intento por consolarla.

─Me llamaste y me prometiste que vendría, ¿por qué no está aquí? ─ reclama─ ¡Yo le hice un lugar para que tomara el té con nosotras! ─ exclama.

─Cariño, quizás tenía algo más que hacer─ la voz de la morena es suave y consoladora─ No almorzó conmigo hoy, ni siquiera sé si fue a la universidad─ veo su ceño fruncirse.

Sí fui, estuve ahí, en la cafetería, unas mesas a distancia de ella, mirando como hablaba y sonreía, queriendo estar cerca de ella para escucharla y molestarla.

Pero ayer volví a arruinar todo, así que no me atreví a acercarme.

─¡David! ─ el grito hace que mis tímpanos hagan tilín. En cuestión de segundos está en mis brazos, tomándome por el cuello y apegándome a ella─ ¡Sí viniste! ─ dice con entusiasmo.

─Claro que vine, ¿por qué no iba a venir? ─ beso su frente─ Jamás me perdería esta hermosa cita, y que sepas que yo no voy a citas─ le guiño un ojo y ella suelta una risita.

─Espero, rey David, que vayas sólo a citas con reina Belle, de lo contrario, tendremos que expulsarte como rey y conseguir a otro─ me advierte. Quiero reír, porque su tono de voz es realmente amenazante, pero esa risa se desvanece y en reemplazo me atacan esas estúpidas punzadas al escuchar 'conseguir a otro'.

Sólo Siente [#1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora