Sólo Siente [#1]

Luciérnaga

No he dejado de recordar la fiesta de aniversario del bufete cuando Belle me acompañó a hablar con los periodistas invitados y quedé como un imbécil.

Todos, incluida ella, se rieron de mí.

Uno de los periodistas preguntó si teníamos planes de casarnos. Ella respondió que no me presionaran con ese tipo de preguntas porque el tener una novia ya era suficiente. Todos nos reímos, hasta que intenté defenderme diciendo que yo estaba dispuesto a comprometerme de inmediato, con todo San Francisco de testigo.

Nadie me creyó y cambiaron drásticamente de tema.

Realmente estaba dispuesto a pedirle matrimonio a Belle frente a las cámaras. Ese día.

Pero no lo hice.

En fin, hoy estoy nervioso. ¿Puede una tarde de picnic ponerte nervioso?

Me hubiese encantado llevarla a su lugar favorito, la playa, pero tuve miedo de que la arena estropeara la comida y el momento.

Planee esta salida con Isidora, no sin antes hacerle prometer que no le diría a Belle. Juró que sería una tumba, y lo cumplió.

Sólo que en el momento en que se lo contaba, chilló sin parar como cuando fuimos con Belle a contarle sobre nuestro noviazgo. Enloqueció.

Y yo enloquecí con ella, porque me prometí que, desde ese momento, sería parte permanente de mi vida.

Ella me ayudó a escoger el parque. Un parque que me convenció por lo tranquilo y cerca que se encuentra de la ciudad por si algo sale mal.

Lo que la convención a ella fue el lago.

─¡Aquí! ─ grita Isidora─ ¡Se ve el lago! ─ salta una y otra vez en su lugar.

─Aquí será entonces─ murmuro. Dejo la cesta de comida en el pasto─ Pondré el mantel─ dejo ir a Belle y acomodo la tela en el pasto─ ¿Quieres sentarte? ─ le pregunto.

─Sí─ sonríe. La ayudo a sentarse sobre el mantel─ Huele a tierra húmeda y a pasto recién cortado─ suspira─ Ven aquí─ da pequeños golpecitos al suelo.

Me siento a su lado con un suspiro.

─Te he extrañado, David─ abraza mi brazo─ Has estado desaparecido estos días y muy distante─ dice con tristeza.

Paso mi brazo por sus hombros y la acerco a mí. Beso sus labios con suavidad.

─Te extrañé también─ susurro en sus labios─ He estado ocupado con el asunto de la demanda y he llegado a casa agotado, tanto así que llevo sin cenar toda la semana─.

─¡Pero David! ─ exclama con preocupación─ Eso no está bien─ reprocha─ Cuando vivamos juntos no dejaré que te acuestes hasta que comas─ apoya su cabeza en mi hombro.

Una punzada ataca mi estómago. Luego sonrío.

─¿Y qué otra cosa no dejarás que haga? ─ acaricio su hombro con mi pulgar.

─Que te vayas a dormir sin darme el beso de las buenas noches─.

─¿Sólo un beso? ─ doy un pequeño empujón a su cuerpo con el mío.

Belle no responde.

─Tengo hambre, rey David─ dice agitada la pequeña.

─Ven aquí─ abre sus brazos la morena─ Necesitas descansar─ Isi se sienta entre las piernas de Belle, frente a ella.

De la canasta de comida saco tres sándwiches de jamón y queso y tres cajitas de jugo.

Le paso uno a Belle y otro a Isidora.