Voy quince malditos minutos tarde.
No debí decirle que sí a la pelirroja exuberante. No debí.
Dormí alrededor de dos horas anoche. Me siento fatal. Sé que no debería haber venido a clases, pero había un trabajo que entregar. Lo dije antes, soy responsable cuando de trabajos se trata.
Detengo mis pasos frente a la puerta de la sala. Doy tres suaves golpes y abro.
─Espéreme ahí─ me detiene el profesor. Asiento con mi cabeza. Sale al pasillo cerrando la puerta detrás de él─ El director me envió un correo pidiéndome que le informara sobre su asistencia─ se cruza de brazos mirándome.
─Que yo sepa no he faltado a su clase─ frunzo el ceño.
─El director se refería a que le informara si usted había venido hoy a mi clase, porque en la mañana faltó a las dos primeras─ me mira─ Estaba a punto de enviarle el correo diciéndole que usted se había ausentado─ hace una pausa─ ¿Sabe lo que eso hubiese significado? ─.
Niego.
─Expulsión─ responde. La sangre abandona mi cuerpo─ Ya no será una suspensión, señor McQueen, el director está decidido a expulsarlo a la más mínima falta porque han sido múltiples las oportunidades que se le ha dado─ suspira─ Ni siquiera el que su padre sea un benefactor de esta universidad lo ayudará─ su expresión se suaviza─ Yo sé que, probablemente, gracias a su padre, usted conoce la mayoría de las asignaturas pertenecientes a la carrera de leyes que imparte la universidad, y que por eso no le dan ganas de asistir a clases, pero déjeme decirle que sin el título que esta universidad le otorga, usted no es nadie. Hoy puede estar trabajando en el bufete de su padre sin tener título porque su padre es el que manda, pero qué pasará cuando él deje de existir, ¿podrá trabajar como abogado? ¿Será tomado en cuenta de la misma manera por los socios de su padre? ─ mis mandíbulas duelen. Mis dientes duelen. La verdad duele─ Mira, David, lo que te quiero decir, es que no desperdicies el talento que tienes por una noche de fiesta, demuestra que todo lo que hoy eres es porque tú has luchado por conseguirlo, y no porque alguien te lo dio en una bandeja. Demuéstrale al director que te mereces el cupo en esta universidad y sé responsable en todo momento, en todas las áreas de tu vida, no sólo aquí. Demuestra que realmente quieres esto─ palmea mi hombro.
─Gracias, señor─ le sonrío. Él asiente.
─Belle me dijo que habían tenido algunos problemas para hacer el trabajo, así que ahora trabajarán de manera individual─ me mira. ¿Qué? ¿Fue por lo de ayer?─ No me gusta que trabajen separados, porque no es la idea en este curso, pero respeto la decisión que han tomado, así que lo acepté. Te voy a pedir que te sigas sentando con ella porque no hay más puestos y no quiero tener que molestar a los auxiliares, así que puedes preguntarle a ella en qué están trabajando, yo iré a hablar con el director, le diré que te has comprometido a no faltar a ninguna clase hasta que te titules, ¿crees que puedas hacerlo? ─ me mira con advertencia en sus ojos. Maldita universidad, pero tiene razón. Sé que la tiene.
─Sí, lo haré─ digo seguro. Nunca había estado tan seguro de algo en mi vida. Estoy sorprendido, como nunca antes. Él me da una sonrisa afectuosa y se marcha. Suspiro y entro a la sala.
Es todo un murmullo. Algunos hablan del trabajo, otros de lo que harán el fin de semana y unos pocos de lo que comerán al almuerzo.
Llego hasta el final de la sala. Me siento al lado de Belle. Veo que frunce el ceño, pero sigue concentrada en su computador. Una voz robótica habla.
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Sonrío.
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Sólo Siente [#1]
Ficção AdolescenteReprimir lo que sientes para sobrellevar el mundo puede convertirse en un martirio si te enfrentas a algodón de azúcar y chocolate caliente, porque te obliga a experimentar las mil y una sensaciones que puede producir, incluso, puede contactarte con...