"─¡Déjame en paz! ─ grita─ ¡No me casaré contigo, David! ─ la seguridad en sus palabras me rompe por dentro.
─Amor, por favor─ suplico otra vez. Me siento desesperado y asustado.
─Ya no hay amor, David─ espeta─ ¡Tú y yo ya no tenemos nada que hacer juntos! ─ vuelve a gritar, esta vez más fuerte.
─No me puedes hacer esto, Belle─ susurro afligido─ Tienes que escucharme, amor─ intento tocarla, pero ella se remueve en la camilla─ Me enamoré de ti cuando no veías, ¿por qué dejaría de amarte ahora? ─ la miro con ternura.
─Porque tú insististe en esta estúpida operación─ sus palabras calan mi interior─ Querías que viera porque realmente no me amabas ciega─ limpia con rapidez sus lágrimas.
─¡No! ─ tomo sus mejillas─ Yo insistí en la operación porque tu vida estaba peligrando, Belle─.
─¡No, mientes! ─ quita mis manos con furia─ ¡Vete! ─ grita─ ¡Mamá! ¡Sáquenlo de aquí! ─"
Hay situaciones que no se olvidan jamás, que por más que lo intentas, se quedan allí, ancladas en algún lugar de la memoria en tu cerebro y no salen más.
Pretendes que todo está bien y que puedes continuar con tu vida normal. Pero vas dejando un rastro que delata tu tristeza. Vives sin vivir.
Hace seis meses el amor de mi vida, aquella chica que me devolvió la esperanza y reconstruyó mi corazón, me lo destrozó. Se lo llevó todo.
Por momentos pienso que fui el culpable, tal y como ella me lo dijo. Insistí en su operación porque su médico me explicó que en cualquier momento el coágulo en su cerebro podía reventar y acabar con su vida. Yo deseaba que ella compartiera su vida conmigo.
Quizás fui demasiado egoísta.
Sé que no soy el culpable, porque la acumulación de sangre en su cerebro ya no está más y ella hoy sigue con vida. Y eso es suficiente consuelo para el daño que causó nuestra separación.
Todo comenzó cuando su doctor le retiró el vendaje.
"─Poco a poco irás viendo la luz─ dice mientras retira la venda de su cabeza y ojos─ Puede ser que veas manchas. Todo dependerá de qué tan dañado e inflamado tienes─ sonríe y continúa retirando las últimas vendas─ Es importante que cuando comiences a ver, uses los lentes que te protegen de la luz─ recuerda.
Belle asiente.
─¿Y? ─ pregunta con entusiasmo Violeta.
─¿Y, qué? ─ frunce el ceño la morena─ ¿Ya terminó? ─ lleva sus manos a sus ojos. Pestañea rápidamente.
─Esto es lento, Belle─ habla el doctor. Toma una pequeña linterna de su bolsillo y alumbra los ojos de Belle. La frente del doctor se arruga.
─Usted me dijo que vería algo de inmediato─ dice con seriedad─ ¿Por qué no veo nada? ─ sus ojos se llenan de lágrimas.
─¿Qué sucede, doctor? ─ pregunta Joseph con preocupación.
─Debemos esperar─ dice con calma.
─¡Se acabó!─ grita Belle. Todos en la sala guardamos silencio, sorprendidos de Belle─ ¡No esperaré nada, porque esta operación no sirvió de nada! ─ ella no para de gritar y llorar, hasta que las enfermeras inyectan algo en su brazo.
Belle se duerme".
Luego de eso, todo empeoró.
A pesar del dolor en mi pecho, traté de mantener la calma porque ya no es sólo mi vida la que debo cuidar. Jamás pensé que el ser padre me haría dejar a un lado el sufrimiento, por momentos, para desvivirme por su pequeña vida.
Y hoy estoy aquí. Intentando encontrar esa paz, un día antes de la fecha en que estaba calendarizada nuestra boda, para volver a casa y sonreírle a mi pequeña.
No fui capaz de cancelar nada, teniendo la esperanza de que ella me contactaría.
Eso jamás pasó.
¿Cuánto tiempo se necesita para buscar a la persona que amas?
─No lo sé─ unos asientos más adelante hay una chica conversando con el hombre que se volvió mi confidente en estos últimos meses.
Hoy vine en busca de él.
─Eres una chica inteligente, estoy seguro que lo sabes ─ la mira. Ella encoge sus hombros.
─Me sentí decepcionada─ confiesa─ No sabía lo mucho que lo anhelaba hasta que me di cuenta que jamás lo tendría─.
─¿Jamás? ─ ríe él─ Recuerda que para Dios no existen los jamás─.
─Yo creí que el milagro ocurriría─ dice con pesar.
─¿Segura? ─ ella vuelve a encoger sus hombros y luego niega con la cabeza.
─Tenía miedo de que ocurriera lo que ocurrió─ baja su cabeza─ Pero no me atreví a contárselo a nadie─.
─Job dijo que lo que más temía, le sucedió, pero jamás se enfadó con Dios─ dice sin dejar de mirarla─ Sé que tú corazón es como el de Job, que tu conducta, desde que conociste a Dios, ha sido intachable, pero dime algo, ¿qué hizo que reaccionaras de manera distinta a Job? ─.
─No hablé─ dice y comienza a llorar.
No debería escuchar conversaciones ajenas. Pero realmente quiero hablar con el pastor Brown.
─Ahora lo estás haciendo─ acaricia la espalda de la chica.
─¿Y de qué me sirve hablar ahora si cuando fue el momento no lo hice? ─ pregunta con suavidad─ Perdí a mi mejor amigo, a mi novio y a quien sería mi esposo─.
Me pongo de pie. Debo irme.
─Dime algo, David─ aquel hombre me habla. Me detengo y lentamente me giro─ ¿Crees que Belle te haya perdido realmente? ─ sonríe.
La miro. Es ella. Realmente es ella.
Sus mejillas están empapadas en lágrimas y sus hombros se agitan producto de los sollozos.
─No─ respondo. Mi voz suena ronca.
Lleva sus manos a su boca en sorpresa.
El anillo aún estáallí.

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Sólo Siente [#1]
Teen FictionReprimir lo que sientes para sobrellevar el mundo puede convertirse en un martirio si te enfrentas a algodón de azúcar y chocolate caliente, porque te obliga a experimentar las mil y una sensaciones que puede producir, incluso, puede contactarte con...