Chapter 3

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La escena que se encontraron al aparecerse en una calle algo oscura y silenciosa, no fue el mejor presagio de una buena noche. Gideon les hizo a los tres una seña de mantener silencio y comenzaron a caminar cada vez mas rápido, segundos después les señaló hacia unas casas. Sirius a lo lejos pudo distinguir un ligero brillo que las rodeaba. Un hechizo de protección.

Fue fácil de identificar a dónde debían ir. Fuera de una de las casas, había un sinnúmero de destellos, Gideon fue el primero en lanzar un hechizo, uno de los hombres volteó, llevaba una máscara dorada, sin expresión alguna.

La batalla había comenzado, los enmascarados parecían no rendirse ni cansarse, sabían luchar muy bien, de pronto un hombre de cabello castaño claro logró desarmar a uno, acto seguido le quitó la máscara mientras este gritaba de dolor.

- Bailey – escuchó James que dijo aquel hombre.

- Alaric, ¿dónde está? – Sirius supo a quien se refería Gideon mientras trataba de quitarse a uno de los enmascarados de encima.

- Alan – alcanzó a decir el otro.

Remus los contó, eran siete solamente los enmascarados y apenas habían logrado desarmar a uno. De pronto, tres mas aparecieron, y uno de ellos usó su varita para quitar la máscara. En otras circunstancias, y bajo aquella luz tenue, Sirius habría dicho que aquella mujer frente a el era hermosa, sus ojos relucían como esmeraldas y sus labios eran de un color rojo carmesí que hacía que su rostro pareciese perlado.

- Mira quien está aquí – habló ella. Con un movimiento de su mano, los demás enmascarados se detuvieron y retrocedieron, juntándose a su lado. James y Lily se acercaron a Gideon, Sirius, Remus y Alaric que respiraban agitados – mi querido hermano.

- ¿Qué estás haciendo aquí? Fuiste tu quien dio la orden para estar aquí, ¿no? –gritó Alaric con ira en su voz - ¿Qué demonios quieres?

- Esto parece una reunión familiar, ¿Qué no te agrada verme? – ella hizo una especie de puchero – Solías ser mi hermano favorito, ¿Qué no lo recuerdas? Vine a visitar a mi sobrino, por supuesto.

- ¿Sobrino? – preguntó sin dejar de mirarle - ¿De que hablas?

- ¿Piensas que soy estúpida? ¿En serio eres como nuestro padre? No me subestimes Alaric, sabes muy bien de que puedo ser capaz – siseó – pudiste lograr engañar a la línea de sangre, pero no tan bien como pensabas. Vi al muchacho la noche que intentamos entrar a Ilvermorny y esa estúpida niña lo impidió. Te vi a ti, esa misma expresión...recuerdo cuando era solo una niña y tu mirabas a todo el que intentaba meterse conmigo, la misma expresión desafiante.

Gideon lanzó un hechizo hacia ella, el cual esquivó con facilidad.

- Gideon Caster, supongo que me recuerdas. Me enseñaste como atar mis zapatos cuando tenía cinco años – le sonrió, con una dulzura que a Lily le pareció escalofriante – que lástima estas circunstancias, eres un buen soldado. ¿No te gustaría unirte a la...? ¡Cierto! Una esposa y una hija muerta arruinaron las posibilidades de que te unas, joder. Tachado de la lista.

- ¿Te he dicho que eres una maldita rata? – soltó Alaric.

- Creo que unas dos o tres veces – ella chasqueó su lengua – no estaba llevando la cuenta, ¿comienzo ahora? – ella rió fuerte y se cruzó de brazos - ¿Dónde está mi sobrino entonces? ¡Ah espera! No terminé mi historia hermanito, a la línea de sangre no la puedes engañar tan fácilmente, no es suficiente que tenga la protección de un asqueroso nomaj, necesitas algo mas que eso. No fue fácil hacer que la línea de sangre hablara, pero...al final descubrí que tengo un hermoso sobrino, muy guapo por cierto, una lástima que no sea sangre limpia, pero... - ella fue acercándose poco a poco – me siento condescendiente y Desmond está dispuesto a aceptar a uno más en sus filas.

Los Merodeadores - Reescribiendo el FuturoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora