Chapter 26

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Ares Devilliers no era mas que un hombre regio con ciertas debilidades que muchos conocían, pues no eran un secreto para nadie. Si bien era parte de la Hermandad pues era una tradición, había algunas cosas que no encajaban en su forma de ver el mundo, pero el destino le había castigado de tantas formas que de cualquier manera terminaría por pagar los pecados de sus antepasados.

Ser padre de seis hijos era una de las pocas cosas que lo hacía sentir orgulloso, sobretodo luego de haber quedado como único hijo y tratando de hacer sobrevivir al apellido Devilliers de alguna forma. Odiaba cada vez que recordaba la maldición con la cual habían marcado los Parrish a su familia y se dio por vencido de intentar convencerse de que algún dia su esposa le amaría.

La tradición de que todos los Devilliers eran parte de la Hermandad desde sus inicios, casi se ve diezmada por el rechazo de Hefesto y Eros a formar parte de la Hermandad, luego el rechazo rotundo de Perseo quien decidió alejarse por completo de la familia y sobretodo, rechazar su magia para irse a vivir con una nomaj.

No era que odiase a los no magos, por supuesto que no, pero mantenía la idea de conservar la pureza de la magia en la familia sin dañar a nadie. Aun recordaba la noche en que Perseo trajo a la jovencita, parecía encariñado con ella, pero luego se enteró que ella le había dejado por otro hombre luego de una exahustiva investigación. Los Devilliers jamás serán amados, no sentirán el calido abrazo de un amor profundo.

Aquella era la historia que había contado su abuela una vez. Todos los matrimonios desde aquel condenado día habían sido concertados.

El nacimiento de Nike había sido una completa sorpresa para los de la Hermandad y sobretodo para el mismísimo Ares. La primera mujer en siglos. Es tradición presentar a hijos e hijas ante la Hermandad y prometerles el cuidado de su sangre en el tiempo.

Recordó el rostro de los Parrish cuando observaron a Nike, su cabello pelirrojo casi desata nuevamente la ira entre ambas familias.

Ares se había olvidado completamente de sus tres hijos, Hefesto, Eros y Perseo. Estos también renegaban constantemente de Ares pues no estaban nada de acuerdo con su manera de proceder muchas veces. Ahora, el hombre enfocaba toda su energía en Hades, Apolo y Nike. Hades era un tipo encantador, sin embargo, Apolo sabía que pertenecía a la Hermandad solo porque Ares le había forzado, manteniéndolo amenazado de cortarle todo el dinero con que mantenía sus lujos. Apolo, que era el mas callado y centrado estaba aún a su lado para cuidar de Nike y sobretodo por su profundo amor a la familia, a su padre y sus hermanos.

Nike era la predilecta de Ares, aún cuando esta no lograría heredar a sus hijos el apellido Devilliers, amaba a su padre y Apolo de vez en cuando pensaba que aquello era una pequeña recompensa para Ares quien había carecido de amor y respaldo muchas veces.

Ares esa mañana se dedicó a ver a Apolo quien había decidido quedarse a desayunar con sus padres para luego ir a la academia, parecía algo distraido.

- Querido, ¿todo bien? - preguntó su madre y Apolo sonrió asintiendo - Ultimamente estás algo perdido.

- ¿Perdido? No... es solo que he estado pensando algunas cosas.

- En cierta señorita, ¿quizás?

- Mamá, por favor - suplicó - no de nuevo.

- Oh, querido. Eres un joven muy guapo. Lyra Morgensten no es la única en el mundo mágico a quien darle tu visto bueno - siseó con recelo - ¿Que hay de Sinistra Thompson? Es de buena familia.

- Deja al muchacho en paz, querida. El mismo sabe en que meterse - soltó Ares con apremio - Lyra solo te traerá problemas, Apolo.

- ¿Acaso hablas mal de un miembro de la Hermandad? - terció el muchacho.

Los Merodeadores - Reescribiendo el FuturoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora