Los Merodeadores - Reescribiendo el Futuro

Chapter 16

Sirius observaba esa mañana los delicados movimientos de Lyra en la cocina y recordaba a Annabelle en ellos cada vez. Aunque físicamente la chica era como el, algunas actitudes eran netamente de la mujer rubia. Debía admitir que Lyra era tremendamente ordenada y sobretodo condenadamente testaruda. Había ocultado todas y cada una de las botellas de licor del apartamento por lo que Sirius se veía obligado a abstenerse quisiera o no de tomar su acostumbrado vaso de Whisky de Fuego matutino.

La presencia de la pelinegra era una brisa de aire fresco en su vida, lo había notado en esas dos noches seguidas en las cuales ella solo se recostaba a su lado sin decir una palabra, solo acompañandole en su silencio y quedandose dormida abrazada a el.

Lyra contaba historias divertidas de su vida y hablaba sin parar todas las mañanas, cosa que James adoraba. Sabía tanto de Quidditch que según Sirius, estaba próxima a dejar a James en ridículo. Lily debía cortarles la conversación de manera sutil, invitandoles a comer cualquier merienda aunque ellos parecían estar en una conversación interminable.

Habían pospuesto luego del cumpleaños de Harry la visita al Callejón Diagon, luego de la llegada de la carta de Lyra habría algunas cuantas cosas que comprar. A la mente de Sirius llegó la imagen de Walburga y aquel pequeño recipiente con lo que parecían ser sus memorias, ¿que le quería mostrar a Lyra? Aún las llevaba consigo, no sabía si quería realmente hurgar en las memorias de su madre y no creía que entrar en el pensadero del Ministerio valiera realmente la pena.

Esa noche al llegar al apartamento, Sirius tomó la decisión de comentarle a Lyra de aquella inesperada visita. Ella le escuchó atenta si decir ninguna palabra y tomó de las manos de su padre el recipiente con un líquido blanquecino brillante.

- ¿Como es ella? Quiero decir... físicamente.

- Pues, cuando te he visto me has recordado a ella, solo que eres mucho mas bonita y amable, nena. Pero, te le pareces bastante, supongo que de joven debió lucir como tu. Tiene cabello oscuro, aunque ahora está casi blanco y los ojos color gris, como los nuestros - Sirius permaneció cruzado de brazos - es alta casi de mi estatura y tiene una mirada que podría volverte piedra.

- ¿Le odias? - aquella pregunta era directa y Sirius se tensó.

- No lo sé, quizás - respondió con seriedad - Walburga es intransigible. Sus decisiones son las únicas que parecen correctas. Crecí bajo toda esa basura de la pureza de la sangre y fue gracias a Walburga y Orion.

- Pues a mi no me ha parecido que tus padres hayan sido un total desperdicio, sabes defenderte y tienes buen caracter. Eres firme en tus decisiones, como ellos.

El análisis al que había llegado Lyra le pareció tan maduro que se sintió insignificante al tratar de buscar palabras para responderle.

- Quizas de no haberte presionado como lo hicieron, no serías quien eres, quizás no habrias estado en Gryffindor, no habrías pertenecido a la Orden, defendido a un bebé indefenso de una muerte terrible. No habrías conocido a mamá, quizás no estarías aqui conmigo teniendo esta conversación.

- Walburga solo busca una cosa, nena. Busca un aliado y te ve como su mejor opción - replicó.

- Mamá me dijo una vez que había heredado lo testaruda de mi padre. En serio, ¿crees que me dejaría convencer de irme al lado oscuro donde apoyan la pureza de la sangre? - Lyra le miró con arrogancia y enarcó una ceja - me sorprendes.

La arrogancia en su respuesta le hizo reprimir la risa, se imaginó por un minuto la cara que pondría Annabelle si la escuchara, seguramente le achacaría todo a él.

- Bien - asintió el hombre - me agrada que veo mucho de mi en ti.

- Cuando veas a mamá se lo dices, seguro le hara su agosto. A veces siento que quiere matarme - rió - parecerme a ti tiene sus ventajas.