Los Merodeadores - Reescribiendo el Futuro

Chapter 40

- Que divertido, ¿no? Las ventajas de ser un miembro de la Hermandad - siseó Jacob con sarcasmo mientras él, Alan, Sebastian, Nike y Alexander se acomodaban en el automóvil que había estado esperando por ellos.

- ¿Puedes callarte? Cualquiera puede escuchar tu inútil bocota - le dijo la pelirroja mientras le lanzaba una fiera mirada.

- ¿Por qué no vienes y me callas tu? Algunos dicen que besas muy bien - le guiñó - Pero, nunca me dejaría tocar por ti DeVilliers, ya te chupó el diablo.

- Ustedes dos, basta - les interrumpió Alexander viendo como Nike hizo el amago de buscar su varita - ¿No les parece extraño que nos manden a llamar en la primera salida?

- Sinceramente me importa un pepino - espetó Jacob - aunque espero al menos tener noticias de...

- Jacob - le calló Sebastian dándole una mirada de advertencia para luego señalar al conductor. Jacob entendió rapidamente, aunque Tristan era de confianza, había cosas que eran simplemente confidenciales para él.

- Bueno, solo se que me han interrumpido un plan perfecto. ¿Que placer tiene vivir lejos de casa si de todas formas las responsabilidades me persiguen? Por primera vez desearía estar en Arizona.

- Concuerdo, yo también desearía que estuvieras allá - replicó Nike con arrogancia - nos harías mas felices a todos.

El moreno le contestó algo en rúnico que a Nike pareció no agradarle mucho. Alan, estaba pensativo, las llamadas fuera de lo normal no eran algo consecuente en la Hermandad y si les habían citado a todos era porque algo grave estaba pasando.

- Shaw, un chocolate por cada pensamiento - le dijo la pelirroja con voz cantarina.

- Es Parker, no Shaw y aunque ustedes parezca no importarles, algo grande debe estar pasando para que no solo citaran a los mayores y a las runas altas, sino a todos.

- Como sea, eres un Shaw, el último de tu familia, todos lo sabemos. Deberías al menos no ser tan duro con Alaric - pidió ella con suavidad - no eres el único que lo ha pasado mal.

- Para tu información, decidió dejarme solo. Pudo...hacer lo que fuese, dejarme con Gideon, en otra familia, lo que sea. Mis abuelos me odian, detestaban lo que era mi madre - espetó con rudeza - además, no soy duro con él, solo lo ignoro.

- Sabes lo que dice Lyra acerca de eso - razonó Sebastian - tampoco le cae Alaric, pero es tu padre y como dice ella, deberías darle una oportunidad.

- Tu y él son los últimos de su familia - Jacob suspiró - te recuerdo que tu tía la loca así tenga hijos jamás tendrá derechos sobre la Hermandad.

- Además para tu información, Alan - esta vez Alexander le miró con seriedad - no es como si Alaric no hubiese intentado otras maneras, espero no lo repitas por ahí, pero el consejo no le permitió dejarte con ninguno. Ni siquiera con nuestro padre - dijo mirando a Sebastian.

- ¿Como lo sabes?- preguntó Sebastian con inquietud - No estás en...

- No, se que no soy miembro de su famosa Hermandad, pero escuché una conversación entre él y Alaric la noche que Lyra fue a rescatarte - sus ojos se posaron en Alaric - Escucha Parker, Alaric es un tipo duro pero ha pasado por muchas cosas y hasta donde se, solo está en la Hermandad para poder cuidarte y para que obtengas la protección. Ha hecho muchos sacrificios por ti pero no es mi deber decirtelo. Así que no seas tan cabezadura, si no le importaras, no se interesaría tanto en escribirte o en saber que estás bien.

- Es cierto Al - esta vez Jacob le dio la razón a Alexander - Cuando los mayores pidieron que se te incorporara como un Shaw y no como un Parker, Alaric se interpuso, pero dudo que haya sido por lo que siempre piensas. Creo que aún ama a tu madre y que eres lo único que le queda de ella, así que, por eso te ayuda a conservar su apellido - el moreno quien lo tenía al lado, pasó un brazo por su hombro - Lyra tiene razón, a veces vemos solo lo que queremos ver.