Los Merodeadores - Reescribiendo el Futuro

Chapter 34

En ese momento solo se escuchaba el sonido de vidrio romperse o de la respiración agitada del hombre.

Había sacado casi a patadas a Sirius de aquel lugar, pero le había pedido a regañadientes a Regulus que mantuviera sus pies en el mismo lugar donde se encontraba. El menor de los Black miró a su tío y le notó un poco mas anciano que la última vez que le había visto.

- ¿En que carajos estaban pensando? ¡¿En qué Regulus?! ¡Dime tu! - siseó casi escupiendo las palabras.

- Tío, no has dejado que Sirius...

Regulus desvió su mirada a la puerta que Sirius seguía azotando con su puño para que le dejara entrar.

- ¡No pienso abrirte, Sirius! Así que deja de intentar tumbar mi puerta - le gritó - ¡No comprendo por qué ocultarme esto! ¡Te di por muerto! ¡Pensé que habias muerto en una de esas misiones para los Mortífagos!

- Fue idea de Sirius y me pareció que era lo mejor, aunque dejar a mis padres aquí...tío, no es solo haber huído. Si no lo hacía, mis padres habrían terminado muertos, ¿crees que no consideré todo? - esta vez era Regulus quien parecía ofendido - No sabes... - le acusó con furia - todo lo que tuve que hacer para ellos. ¡Sirius solo intentó ayudarme y lo hizo en el momento justo! De no ser por el, no se que habria sido de mi.

Alphard dio un golpe al piso con su bastón, furioso y acto seguido la puerta se abrió con Sirius dando un traspié. Había tratado de escuchar tras la puerta.

- No perdonaré que me hayas ocultado esto, Sirius - dijo Alphard dolido hacia él, cerrando la puerta con su varita de un golpe - ¿Sabes en el problema que están metidos ambos?

Los hermanos se miraron uno al otro y respiraron profundo. Aquel sermón les llevó en un momento atrás donde el mismo Alphard les reprendía por haber roto uno de los cuadros familiares. Se sentían culpables, igual que en aquel entonces, pero con el sentimiento de que lo que habían hecho no estaba del todo mal.

- ¿Por qué ocultar a Regulus? - preguntó Alphard hacia su sobrino mayor.

- Te dije que Annabelle sabía cosas, una de ellas es que Regulus moriría haciendo algo, algo que no pensé que realmente fuese a realizar - dijo con calma sin mirar a su tío - Traicionaría a Voldemort.

La risa demente que soltó Alphard les asustó, parecí fuera de sí, realmente molesto. ¿Acaso le jugaban una broma?

- ¡A ver Regulus! ¡Ilustrame! ¡¿Como carajos traicionarías a un mago tan poderoso?! ¡Dime!

- Tiene armas tío...armas que jamás podrías haber imaginado - dijo Regulus con voz temblorosa - creeme. Te lo pido. Una noche me llamó, me dijo que era maravilloso como nuestra familia tenía una larga tradición de pureza y que le había llamado la atención las cabezas de elfos que había visto en la casa, me pidió que le contara la historia de eso y lo hice - Regulus estaba pálido, Sirius lo notó, parecía que recordar aquello le atemorizaba - luego me dijo que necesitaba a mi elfo para un encargo. No podía negarme... pero pensé que era para que hiciera algo que el no, ir a un lugar donde él no podía. Le pedí a Kreacher que obedeciera cualquier cosa que el Señor Oscuro le pudiera. Me quedé esperando en casa, preocupado. Madre y padre estaban orgullosos de que Kreacher pudiera ser útil, solo yo me quedé a esperar que apareciera, ya era pasada medianoche cuando Kreacher apareció moribundo - los ojos de Regulus estaban humedecidos y su voz temblaba aún mas - se que madre habria dicho que le dejara morir dignamente - esto lo dijo mirando a Sirius - al igual que tu, no aprecia en nada a Kreacher pero...el era leal a mi y yo le había ordenado ir. Parecía...sediento, parecía querer rasgar su garganta y le di tanta agua como pude y con algunas pociones traté de ayudarlo tanto como se dejó. Al cabo de un par de horas parecía mejor...recuperándose y decidí preguntarle. Me dijo que el Señor Oscuro le había ordenado no decir ni una palabra pero... - miró a Alphard que parecía absorto en su historia - parece que ni siquiera alguien tan poderoso como él entiende los lazos mágicos que atan a los elfos domésticos con sus amos originales así que le ordené que me dijera lo que habían hecho, aquello que era un secreto. Tío estaba tan molesto...quería salir y matarle...quería que me explicara por qué Kreacher había regresado casi muerto.