Nadie, de los llamados por los elfos como los forasteros, había podido dormir bien. James había caído en cuenta de que estaban en un lugar del cual no tenían ni idea en que parte de un mapa buscar. Sabía que estaban en América, eso estaba claro. Lily que se había levantado mucho antes había bajado y estaba junto con Sirius y Remus, los tres sentados en la cocina, en la mesa de servicio.
- Que casa tan extraña, ¿no? – le dijo James a Lily – cuando bajaba, me ha salido una mano de la pared, tapizada... me ha hecho una especie de saludo.
- Es una casa completamente mágica – dijo la pelirroja como si le explicara a un niño – muchas de las cosas aquí dentro parecen tener vida.
- ¿Qué tal han dormido? ¿Sirius?
- Pues, no he podido pegar ni un ojo – le respondió a James.
- ¿Remus?
- Pues he estado muy cansado, así que pesqué un poco de sueño, pero me he despertado temprano. Supongo que es lo del horario... ¿Que hay de ti?
- Pues, no he podido pegar el ojo en toda la noche, pero he bajado a ver si conseguía algo de comer y me he encontrado con tu hija, con Lyra. Hemos hablado.
- ¿Hablado? – preguntó Sirius - ¿Qué te ha dicho?
- Cosas... tu no me dices todo lo que conversas con Harry – tentó. Sirius bufó y no dijo mas nada – He visto lo que le has dejado, hacía mucho que no te veía conjurarlas.
- Pues, no había tenido a quien hacerlo, espero...espero le gusten.
Instintivamente Sirius se giró para encontrarse con Gideon observándoles con aspecto tranquilo, cruzado de brazos.
- Creo que les debo unas cuantas explicaciones, veo que no han dormido bien. Espero, podamos resolver esto pronto. Supongo que quieres saber que es la Hermandad, Lyra ha comentado algo acerca de eso – dijo hacia Sirius.
- Si, ayer...todas esas personas, Lyra está metida, ¿cierto? – Gideon asintió - ¿Desde hace cuanto? ¿Qué es ese grupo? ¿Qué hacen?
- Lyra está en la Hermandad, la verdad, no tenía el derecho de pertenecer, pero cuando tenía unos seis años, se ha colado donde está el circulo de fuego para la selección y pues, fue marcada.
- ¿Marcada? No entiendo – Sirius le miró desafiante.
- Primero, debo explicarles que es la Hermandad – Gideon se acercó y atrajo una silla, Gilly, la elfina le miró e hizo una especie de reverencia y comenzó a mover trastes en la cocina, el hombre castaño se sentó frente a ellos – Cuando llegaron los primeros peregrinos a lo que hoy conocemos como Boston, no había escuelas mágicas y muchos de los magos que migraron estaban buscando cosas diferentes, huyendo de algunos otros asuntos. Vivimos en armonía hasta que algunos de los puritanos, no magos con creencias religiosas arraigadas comenzaron a ver lo que llamaban señales de hechicería. Mas o menos alrededor de 1694, Percival Caster, construyó esta casa, pero no es lo que ven ahora, esta casa era mucho mas modesta por lo que sé, y comenzó a refugiar a pequeños jóvenes con magia para enseñarlos a usarla. Cuando él y sus padres llegaron, se trajeron a sus dos hermanas con ellos, Melinda y Fedora. Percival tenía dieciocho años cuando llegó a américa, un par de años después se desató la ola de cacería de brujas, Fedora, era una muchacha hermosa según los diarios, buena de corazón que ayudaba a los bebés moribundos durante la época, con pociones. Los puritanos, una noche la tomaron y le forzaron a rendir declaraciones acerca de su magia – Gideon suspiró – Los registros cuentan que de alguna manera, había brujas que lograron salir libradas de todo aquello, usando su magia para evitar ser ejecutadas, quemadas o ahogadas. Pero por otro lado, había otras que no se salvaban, como el caso de Fedora.
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Los Merodeadores - Reescribiendo el Futuro
FanfictionLos Merodeadores han sobrevivido y esta vez la historia no será la misma. Harry Potter el niño que vivió sigue siendo una leyenda viviente al igual que sus padres, ahora, estos deberán enfrentar juntos el peligroso camino que los lleva a Lord Voldem...