Chapter 9

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Si existía algo en el mundo que Lyra odiaba mas era despedirse. Había pasado su vida haciéndolo y estaba mas que segura que lo detestaba. Su primer hogar, había sido una pequeña casa algo modesta en Irlanda, ella y su madre vivían en la habitación superior de aquel lugar el cual pertenecía a una pareja de edad adulta. Recordaba claramente como había sido despedirse de aquella adorable pareja de no magos, solo tenía cinco años pero podía recordar haber llorado silenciosamente todo el trayecto, así lo había hecho tantas veces, durante tantos viajes de su madre a sitios maravillosos con personas extraordinarias, las despedidas estaban siempre a la orden del día y lo detestaba.

Casi todos los miembros en la casa Caster habían hecho una línea frente al despacho de Gideon, para despedirse. Eleonor besó ambas mejillas de la chica y le dio una pequeña bolsita llena de monedas, para un buen viaje, aunque la mirada que le dio a Gideon representaba todo su desdén a la idea de que ella se fuera. Gale le abrazó tan fuerte y durante tanto tiempo, que sintió como se sofocaba, pero era reconfortante, ella recordaba esos abrazos cuando era pequeña.

Jacob le besó sonoramente una mejilla y le cargó abrazandole tan fuerte que sintió que casi se partía en dos, el acarició su mejilla y le guiñó, un sello tan característico de él que habría sido extraño no verlo, Alan le abrazó delicadamente y le susurró algo al oído que hizo que sonriera, Sirius lo había notado y sospechó aún mas del muchacho. Sebastian, por otro lado, parecía reacio a despedirse, Lyra lo notó y tomó la iniciativa de abrazarle y besar ambas mejillas del chico.

Cuando Alexander se acercó, ella le miró por unos segundos, recordando el beso que le había dado en su habitación, recordó su perfume y como se sentía sus labios con los de él. No pudo evitar sonrojarse y sentir su cuerpo cosquillear.

- Amigos, ¿no? – ella extendió su mano hacia él. Alexander parecía tan sorprendido y feliz que le tomó torpemente y sonrió hacia ella como si hubiese recibido un regalo de navidad – Por favor, trata de mantener tus buenas amistades y de cuidar a Sebastian – le susurró cuando se acercó a él.

Para sorpresa de Lyra, Apolo había llegado en el momento preciso. El rostro de Alexander se crispó en una mueca de molestia, cosa que Sirius notó rápidamente. El muchacho, le tomó la mano y le arrastró hacia donde el estaba, abrazandole tan fuerte como sus brazos pudieron.

- Nike no quiso venir, al igual que tu, no le agrada despedirse – el sacó algo rápidamente de su bolsillo y lo metió en la chaqueta que llevaba Lyra - ¿podrias abrirlo cuando hayas llegado? No podré comunicarme contigo en un tiempo, pero... hablaré con Gideon para poder ir a verte de vez en cuando. ¿Está bien por ti? Podrias enviarle cartas a los chicos.

Lyra le sonrió alegre, terminó despidiéndose de él con un corto beso en la mejilla. Lyra le dio un vistazo rápido a Sirius y el, aun con lo poco que le conocía, entendió todo lo que quiso decirle sin pronunciar una palabra. Los extrañaría, para ella, ellos eran su familia y Sirius sintió por un momento el dolor de entender que para Lyra, los que Sirius consideraba su familia eran unos completos extraños.

Gideon les guió a través del pasaje hacia la casa paralela en Londres, James suspiró cuando pudo ver en la primera ventana uno de los edificios que se la hacía familiar. Habían llegado nuevamente a casa.

- Estarás bien – dijo Gideon de pronto como si entendiera la preocupación que rondaba la cabeza de la chica – Sirius es un buen tipo, aunque a veces pierda un poco el temperamento.

- No me ayudes tanto Caster – soltó con un pequeño atisbo de molestia.

- Hablo en serio – continuó el hombre mientras miraba a Lyra – sino supiera que te dejo en las mejores manos, no haría lo que estoy haciendo ahora. ¿Puedes confiar al menos en eso?

Los Merodeadores - Reescribiendo el FuturoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora