Nishu *Indra (1)*

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Me encontraba cerca de un arroyo recordando de como mi vida había sido una mierda mucho antes de conocer a Hagoromo-sama, he aprendido mucho en mi corta niñes y me la llevo bien con sus hijos. Bueno con Indra-sama no tanto.

Su padre me llevo a su casa como acompañante de juegos y por supuesto quise aprender a utilizar el ninshu como todos los demás. El mismo Hagoromo-sama me ayudaba entrenar para curar a la gente, me gusta ayudar a los demás desde que tengo memoria.

Nací en un pueblo muy pobre y por consecuencia de ello perdí a mis padres a causa del hambre y la desesperación. En pocas palabras, me vendieron al mejor postor.

Desde ese entonces deje de ser un poco risueña y me volví más seria. Casi no hablo con las personas a excepción de Ashura-kun y su familia, tengo más familiaridad con el menor de los hermanos ya que tenemos la misma edad por esa misma razón el mismo me pidió que no lo llamara "Sama"ya que se le hacía incómodo.

Tengo diez años y mis habilidades con el nishu en curar a las personas es increíble. Siento que mi Chakra se acumula más y más en mis manos de una manera asombrosa. Mi cuerpo también reacciona rápido al ninshu sanando más rápido en cada práctica cuerpo a cuerpo en la práctica de los hermanos.

—Solo un poco más —concentre chakra en mis manos y le di un golpe a la roca que tengo enfrente logrando solo que se agrietara más no sé qué destruyera—. Aún tengo que practicar... Itte —me queje ya que en una de mis manos tenía los nudillos lastimados y sangrando. Suspiré amargamente y me dirigí a la casa para poder sanarme con el entrenamiento gaste mucho chakra.

(...)

—Esto bastará —termine de vendar la zona herida y miré mi aspecto en el espejo que tengo aquí en mi habitación. Me asome por la ventana y pude divisar los hermanos entrenando como siempre. Indra-sama últimamente está más serio de lo usual.

Ashura y yo casi no podemos jugar, charla, estudiar o entrenar con él. A pesar de que tuviéramos cortas conversaciones nos llevábamos bien.

Aunque... Hay algo que ni al mismo castaño le he dicho y es que me gusta su hermano desde hace tiempo. Siempre me atrajo su personalidad de alguna forma y aunque fueran ilusiones mías creo que hay una posibilidad de que me corresponda.

Suspiré ante esas vagas ideas y me dirigí a mi entrenamiento matutino con Hagoromo-sama, hoy daríamos un paseo algo raro ya que siempre me ha entrenado aquí en casa.

No me sienta mal una salida pero la última vez que di un "paseo" fue cuando mis padres me vendieron.

Bajaba las escaleras con algo de pesadez, aún tenía el cuerpo algo adolorido por el entrenamiento, me encuentro cansada debido a ello.

Si tan solo pudiera hacer que esa técnica funcione más rápido tal vez podría dolerme menos el cuerpo. O tal vez no.

—Estas herida... —Me detuve en seco al oír su voz.

—Indra-sama... —Gire sobre mis talones encontrándome con él, dos años viviendo en esta casa y aún me sorprende cuando me habla al estar distraída o desprevenida.

—Tu mano. —Señaló—, estás herida.

— ¿Se refiere a esto? No es nada, los entrenamientos que he tomado son algo rudos últimamente —dije apenada rascándome la nuca un poco ocultando mi mano detrás de mi espalda.

— ¡(Tn)____-chan, ¿qué te ocurrió?! —Ashura me abrazo por mis hombros al hacerse presente en el pasillo logrando que tropesaramos hasta darnos un fuerte golpe en el suelo. Cai sobre mi brazo y lo empuje algo fuerte pegando lo de la pared a mi izquierda logrando agrietarla.

— ¡Baka, acabas de lastimarme mi mano izquierda dattebashi! —me queje y me levanté. Luego me percate de lo que echo— ¡Gomenasi Ashura-kun, no quise hacer eso dattebashi! ¿Ashura-kun...? —Lo deje inconsiente por el golpe deprimiendome por completo—...Ahora me meteré en problemas con Hagoromo-sama dattebashi.

—Tal vez no sea así.

—¿Eh?, I-Indra-sama por favor, ¡discúlpeme! N-no quise... Su hermano... Y-Yo...!

—Ya, ya déjalo así —me miró calmadamente regalando me una pequeña sonrisa a medias, en todos estos años y es la primera vez que lo veo sonreír—. Ashura es muy torpe la mayoría del tiempo pero no creo que mi padre se moleste por eso —se acercó hasta el menor y lo cargo como costal de papas, me miró por un momento causando un escalofríos—. Dile a mi padre que te cure la mano, así no podrás estar bien para nuestro entrenamiento de más tarde —se alejo caminando pero no podía reaccionar gracias por estar embelesada por esa sonrisa.

Desperté de mi trance antes de que se fuera totalmente de mi vista.

—¡Hai, en seguida lo haré Indra-sama! —detuvo su andar un momento como si quisiera decirme algo pero no dijo nada cruzando por la esquina del otro pasillo desapareciendo de mi vista.

—Jummm creo que tú y mis hijos ya se llevan mejor, ¿O no (Tn)____-chan? —Di un salto algo alejado al escuchar la voz del padre de los príncipes detrás de mi.

—¡Hagoromo-sama por favor no me asusté así dattebashi!

—Jajaja deberías ver la posición incómoda en que estás —se burlo—, ven acércate, déjame ver qué te paso —hice caso a su mandato y le extendí mi mano lastimada para que la empezará a curar—. Esta vez usaste más fuerza y energía que la última vez que entrenaste sola.

—Así es dattebashi, casi logró esa técnica de la que le hablé —dije emocionada.

—Bueno, en ese caso será mejor que te cuides mejor, por poco te la rompes completamente está vez. Lo mejor será que te esperes dos semana antes de volver a entrenar.

—Pero...

—Nada de peros —me regaño—. Esta vez no te lo dejaré pasar por alto. —Suspire y asentí resignada, después de la plática termino de curarme y ya podía moverla con más facilidad que antes.

"—Solo dos semanas y podré hacer ese jutsu. Tal vez eso sea lo que necesite dattebashi."

"

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