Delicate

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Estaba terminando de vestir a Tommy cuando escuché que tocaron el timbre. Tommy me miró emocionado y comenzó a brincar en la cama, reí dándole varios besos en la mejilla y lo cargué tomando su mochila también para bajar las escaleras.

—Tu puntualidad me tiene impresionada.—él sonrió encogiéndose de hombros y me recorrió con la mirada.—Pasa, todavía me falta guardar unas cosas.—abrí la puerta por completo dejándolo pasar y Tommy saltó de mis brazos para arrojarse a los suyos.

—¿Cómo estás, hijo?—le dio un par de besos en la mejilla mientras Tommy lo abrazaba por el cuello.

—Quiero jugar contigo papá, pero mami no me deja llevarme todos mis juguetes.—frunció el ceño poniendo carita de enojado y Luke lo imitó.

—No te preocupes, yo te voy a comprar muchos más juguetes, no necesitas esos.—negué mirando como Tommy gritaba de la emoción y puse los ojos en blanco para volver a la cocina.

Deje su mochila sobre la mesada y la abrí para empacar algunas cosas de comer.

—¿Crees que en mi casa no hay comida?.—preguntó divertido al ver todo lo que estaba guardando.

—Puede que tengas comida pero no sus cosas favoritas.—lo miré enarcando una ceja y él simplemente me sonrió.—No dejes que coma tantos dulces, la semana pasada se enfermó del estómago y sigue un poco delicado. En su mochila te escribí una nota sobre los medicamentos que debe tomar por si se siente mal, de todas formas tienes mi numero, si algo pasa sólo llámame.—aparté la mirada de él y continúe arreglándole la mochila a mi hijo.—No lo dejes dormir tan tarde y no dejes que se lleve cosas a la boca...

—Vaya que sí es enorme esta casa...—murmuró mirando todo a su alrededor y cerré los ojos lentamente.

—Luke...¿me estás escuchando?.—volví mi mirada hacia él, estaba comenzando a temer de que esto era una muy mala idea.

—Sí, Venus, no dulces, no desvelarse, medicina si se siente mal y que te llame si algo pasa.—dijo obvio poniendo los ojos en blanco y dejó a Tommy apoyado de la mesada.—Relájate.

Respiré profundo, apoyando mis manos de la mesada y traté de controlarme porque no quería explotar en frente de Tommy.

—No creo que entiendas lo delicado que es esto.—hablé cuando supe que estaba más calmada.—Es la primera vez que no estoy cerca de él, te estoy confiando todo mi mundo, quiero que esté contigo, que comparta contigo pero no estaré tranquila sabiendo que eres un irresponsable.

Suspiró pesadamente y asintió mordiéndose el labio inferior.

—Claro que lo entiendo Venus...no sé entonces para qué me dices que me lo lleve el fin de semana si vas a estar dudando de mi capacidad para cuidar de él. Tú fuiste la de la idea y yo estuve más que feliz, quiero demostrarte que cambié y que puedo ser un buen padre, pero si vas a ponerte con esa actitud...

Miré a Tommy por unos segundos y luego lo miré a él. Tenía razón, yo fui la de la idea en primer lugar, lo quise hacer por mi hijo porque desde que Luke volvió él sólo lo nombraba y creí que sería bueno que compartiera con su padre un fin de semana completo.

Después de todo Luke merecía pasar tiempo con Tommy, jamás quise quitarle los derechos sobre él, le di su apellido con el permiso de su mamá y desde que salió de prisión me he encargado de que comparta con Tommy lo más posible.

—Te guardé galletas por si te da hambre.—me acerqué hasta él y lo cargué para darle un beso.—Pórtate bien ¿sí?, hazle caso a papá y come tus verduras.—asintió con una sonrisita y le di un par de besos más.—Te amo muchísimo...me vas hacer demasiada falta—hice un puchero y Tommy negó sujetando mis mejillas con sus pequeñas manitos.

𝐶𝑜𝑛𝑓𝑒𝑠𝑠𝑖𝑜𝑛𝑠 𝑂𝑓 𝑀𝑦 𝐵𝑟𝑜𝑘𝑒𝑛 𝐻𝑒𝑎𝑟𝑡 | 𝙇. 𝙃𝙚𝙢𝙢𝙞𝙣𝙜𝙨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora