Stupid Mrs. Potato Head

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Claro que iba a llamar a la policía, pero antes de hacerlo esa maldita se iba a arrepentir hasta de haber nacido.

Me haría un abrigo de piel con su pellejo, usaría sus dientes como confeti. Ya había hecho la lista de todas las cosas que podría hacerle.

Estacioné frente a la casa y casi la arrollo cuando se estaba bajando de la camioneta de Luke. La estúpida gritó algo que no logré escuchar y me bajé del auto.

Se puso pálida cuando se dio cuenta de que era yo la que estuvo a punto de atropellarla. Ni siquiera le dio tiempo de reaccionar porque lo siguiente que sintió fue mi puño contra su cara.

—¿Cuál es tu maldito problema, loca psicótica?.—chilló sujetándose la nariz que no dejaba de sangrarle.

La tomé del cabello hasta hacerla caer al piso y me subí a horcajadas sobre ella mientras la bruja gritaba toda clase de insultos.

—¡Venus, que carajos!.—Luke corrió para socorrerla y antes de que pudiera quitarme de encima de ella le di dos golpes más.

Luke me cargó por la espalda y la muy maldita aprovechó eso para atacarme. Cuando quiso correr hasta mi para golpearme le di una patada haciéndola caer de nuevo al piso.

—¡A mi hijo nadie lo toca maldita stúpida!.—grité tratando de hacer que Luke me soltara y la miré desafiante. Seguía tirada en el suelo, tenía la cara cubierta de sangre y se sujetaba la nariz con una mano.—¡Y tú suéltame!.—le di con mi codo en el estómago y gruñó del dolor soltando su agarre.—No puedo creer que dejes a mi hijo en manos de tus putas piojosas.—lo miré al fin.

Luke estaba perplejo, su cara de confusión era épica, frunció el ceño lo más que pudo y miró a Gema que seguía tirada en el suelo.

—Está loca, tienes que llamar al manicomio para que se la lleven y la mediquen.—dijo la puta desgraciada y traté de contenerme porque lo siguiente que iba a pasar era que estrellaría su cara contra el pavimento tantas veces que le iba a desfigurar su horrible cara llena de operaciones.

—¿Puedes calmarte y decirme que pasa?, si no me dices que está sucediendo no puedo hacer nada.—Habló refiriéndose a mí ignorando por completo el comentario de la perra.

Saqué el teléfono del bolsillo de mis jeans, en donde tenía lista para mostrar la foto del bracito de Tommy. Luke tomó el teléfono, mirando detenidamente la foto y luego me miró a mí.

—¿Qué más quieres que te explique?...—dije más calmada pero seguía molesta, bajó la mirada hasta donde estaba Gema y suspiró pesadamente pasándose una mano por la cara.

—¿Cómo pasó?...—preguntó sin verme a la cara.

—Lo noté esta mañana, mientras estaba en el baño. Lo interrogué hasta que me contó cómo fue que esta asquerosa lo lastimó.

—Yo no lo lastimé...

—Por favor, dile que se calle porque estoy a segundos de perder la poca paciencia y sensatez que aun me queda.—apreté los puños y Luke comenzó a negar.

—Recoge tus cosas y lárgate.—dijo con severidad tensando la quijada.

—Luke, ¿le vas a creer a esta polly pocket?. Yo no le hice nada, ese niño hizo un desastre en el baño con mis cosas y...

—¡Tiene tres años, maldita bratz!.—hablé interrumpiéndola y me di la vuelta para verla.—Claro que hace desastre y eso no te da derecho de ponerle un dedo encima...no sabes con quien te metiste.

—Estás loca.

—Lo estoy y por eso estoy a punto de asesinarte y alegar demencia.—la miré alzando una de mis cejas.—Dale gracias a dios que Luke llegó para defenderte.

𝐶𝑜𝑛𝑓𝑒𝑠𝑠𝑖𝑜𝑛𝑠 𝑂𝑓 𝑀𝑦 𝐵𝑟𝑜𝑘𝑒𝑛 𝐻𝑒𝑎𝑟𝑡 | 𝙇. 𝙃𝙚𝙢𝙢𝙞𝙣𝙜𝙨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora