The Hemmings

1K 54 10
                                    

La fiesta fue de lo mejor.

Comimos pastel, bailamos, Luke me cantó. Lo cual fue una revelación para todo el mundo porque nadie sabía que él podía cantar y que además lo hacía increíble. Sus amigos lo estaban acusando de playback.

Lo mejor de la fiesta fue cuando me pude poner un vestido más cómodo, amaba mi vestido de novia, creo que Luke había embargado hasta nuestra casa para poder pagarlo, pero era demasiado incómodo para caminar.

Estaba terminando de cambiarme el vestido cuando lo escuché entrar a la habitación.

—Ya iba volver.—me giré para verlo y fruncí el ceño.—¿Qué tienes amor?.

Parecía afligido, tenía la espalda pegada de la puerta, un trago en la mano y su vista fija en el suelo.

—Tendremos una niña.—habló al fin luego de un rato de ver hacia la nada.—Tendré una hija que será igual de hermosa como tú.—me señaló.

—Sí...—mascullé tratando de descifrar que era lo que le pasaba. —Probablemente más hermosa. —negó cerrando los ojos lentamente.

—Va a tener a todos los chicos locos por ella y ¿si viene uno como yo a querer seducirla?.—él en serio estaba preocupado y me eché a reír al ver su cara de tragedia.

—Para eso está Tommy, para que la escolte.—Luke negó.

—Eso no funciona, ya viste a Stacy besuqueandose con el chiquillo ese...

—Amor mío, ni siquiera ha nacido, ¿si?.—me acerqué hasta él sujetándolo por las mejillas.—Podremos hablar sobre que hacer con nuestra hija dentro de quince años, pero ahora no hay que preocuparse por eso.—besé sus labios pausadamente.

—Nos mudaremos a una isla desierta, ya decidí. A mi pequeña nadie la va a tocar.

—Pobrecita de ella...mejor dicho, de los chicos que lleve a casa. Ya te imagino abriéndo una fosa común en el patio.—reí abrazándolo por el cuello y lo besé despacio.

—Le compraré a Tommy una escopeta para que me ayude a custodiar la casa y adoptaré pitbulls.

—Ojalá yo hubiese tenido opción contigo.—hablé contra sus labios haciéndolo reír.

—Yo sólo te pedí chicle y tú me diste, de ahí en adelante no es culpa mía.

—Sí es...—asentí besándolo.

—No...—negó mientras me abrazaba por la cintura siguiendome el beso.

—Estoy tan cansada que te juro que en lo que vea una cama me echaré a dormir, por tres días.

—Tenemos que consumar el matrimonio o no será legal, lamento decirte que no tenemos opción.—reí y lo alejé sólo un poco para mirarlo.

—Te dejo practicar necrofilia...

—Mmmm...—hizo cómo si lo estuviera pensando y lo golpeé por las costillas.—Maldición, Venus, ahí me duele.—se quejó y volví a golpearlo.

—Venus no, señora Hemmings para la próxima. No me andes tratando de tú a tú.— rió en medio de sus quejidos.

—Vamos a bailar hasta que nos duelan los pies y a comer hasta que se nos reviente la ropa, esa fiesta me costó demasiado dinero y pienso disfrutarla hasta lo último.

—Deja de quejarte por el dinero que gastaste o te prometo que no tendremos sexo en nuestra luna de miel.—besé sus labios y lo tomé de la muñeca para volver a la fiesta.

Mi buqué lo atajó Tess, cayó en sus manos como si mi propósito hubiese sido ese y me reí demasiado al verle la cara de mal humor a Calum, se la pasó reprochándome diciendo que lo había hecho a propósito.

𝐶𝑜𝑛𝑓𝑒𝑠𝑠𝑖𝑜𝑛𝑠 𝑂𝑓 𝑀𝑦 𝐵𝑟𝑜𝑘𝑒𝑛 𝐻𝑒𝑎𝑟𝑡 | 𝙇. 𝙃𝙚𝙢𝙢𝙞𝙣𝙜𝙨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora