How deep is your Love?

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Sus ojos se abrieron de golpe y lo abracé con todas mis fuerzas mientras lloraba aferrada a él. Comenzó a toser y a ahogarse y la doctora me pidió que me alejara de él de para poder asistirlo.

Segundos después la habitación se llenó de enfermeras y más gente se aglomeraba a su alrededor. Me asusté demasiado porque no sabía que estaba pasando y me obligaron a salir de la habitación a pesar de que gritaba que me quería quedar con él.

Estaba tan alterada que una de las enfermeras que ya se había vuelto amiga mía, tuvo que asistirme, me dió calmantes para mi ansiedad y se quedó conmigo todo el rato que estuve afuera esperando respuestas.

—No puedes descontrolarte así Venus, te pueden sacar del hospital.—dijo mientras me acariciaba el cabello. Negué con la cara hundida en mis manos.

—Se despertó y luego comenzó a asfixiarse, me asusté muchísimo.

—Él va a estar bien, la doctora Colette es la mejor del hospital y es normal que luego de un coma despiertes desorientado. Relájate.

Absorbí por la nariz y alcé la cara secándome las lágrimas con las mangas de mi suéter de lana.

—Sólo quiero irme a casa con él...

No me moví de ese lugar hasta que la doctora atravesó las puertas, me levante de la silla tratando de leer su expresión facial y contuve el aliento.

—Despertó...—exhalé todo el aire que había estado reteniendo desde hace dos semanas y llevé una mano hasta mi pecho sujetándome el corazón porque estaba a punto de salirse por mi boca.—Tuvo algunas complicaciones respiratorias porque uno de sus pulmones se llenó de liquido y tuvimos que hacerle una pequeña incisión para drenarlo.—asentí rápido.—Pero ya está bien.—sonrió.—Y muy despierto.

La abracé a pesar de que no la conocía lo suficiente. Ella se echó a reír y me respondió el abrazo dándome varias palmaditas en la espalda para luego frotármela.

—Gracias, no sabe como le agradezco todo lo que hizo por él.

—Tranquila, es mi trabajo.—me separé para verla de nuevo y fue ella quien me secó las lagrimas.—Espero ser invitada a esa boda.

—Será nuestra invitada de honor.—reí y volví a abrazarla.

Tuve que esperar un rato más para poder entrar a verlo, mientras le tomaban muestras de sangre y le hacían algunos exámenes. Caminaba de un lado a otro esperando que la hora se pasara rápido para poder entrar.

Ya no podía más con las ganas que tenía de abrazarlo. Le avisé a todo el mundo y la emoción no me cabía en el cuerpo cuando por fin me permitieron pasar.

Entré a la habitación esperando verlo despierto pero me extrañó que estuviera con los ojos cerrados. Me decepcioné un poco porque quería verlo, besarlo, abrazarlo, pero entendí que quizás estaba cansado.

Aunque era absurdo que estuviera cansado si pasó dos semanas dormido.

Me acerqué a la cama sentándome en el borde y comencé a trazar lineas abstractas en su pecho con mis uñas. Empezó a hacer muecas con la boca conteniendo la risa y negué echándome a reír.

—Eres un idiota, sé que estás despierto y sólo quieres hacerme sufrir.—le hice un poco de cosquillas y por fin se echó a reír apenas al mismo tiempo que se quejaba.

—Me duele...—su voz estaba muy ronca y se escuchaba casi como un susurro. Arrugó la frente sujetándose el lado que le dolía y abrió los ojos mirando fijamente a los míos.

Esta vez lloré pero de felicidad y lo abracé con extrema delicadeza para no lastimarlo tanto. Sentir sus brazos de nuevo al rededor de mi era la mejor sensación del mundo entero.

𝐶𝑜𝑛𝑓𝑒𝑠𝑠𝑖𝑜𝑛𝑠 𝑂𝑓 𝑀𝑦 𝐵𝑟𝑜𝑘𝑒𝑛 𝐻𝑒𝑎𝑟𝑡 | 𝙇. 𝙃𝙚𝙢𝙢𝙞𝙣𝙜𝙨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora