Gods and Mosnters

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❝𝐼𝑛 𝑡𝘩𝑒 𝑙𝑎𝑛𝑑 𝑜𝑓 𝑔𝑜𝑑𝑠 𝑎𝑛𝑑 𝑚𝑜𝑛𝑠𝑡𝑒𝑟𝑠, 𝐼 𝑤𝑎𝑠 𝑎𝑛 𝑎𝑛𝑔𝑒𝑙. 𝐿𝑖𝑣𝑖𝑛𝑔 𝑖𝑛 𝑡𝘩𝑒 𝑔𝑎𝑟𝑑𝑒𝑛 𝑜𝑓 𝑒𝑣𝑖𝑙❞

Me llevaron a un club nocturno y las luces de neón me encandilaron horriblemente. Pensé que me llevarían a una bodega abandonada o algo por el estilo. Tenía que dejar de ver tantas películas.

Me guiaron hasta una especie de oficina donde habían varios sujetos drogándose en un sofá con chicas bailándole sobre su regazo y yo me preguntaba que clase de lugar tan asqueroso era este.

—Tu amado novio no tardará en venir cuando se entere de que estás aquí, así que ponte cómoda, relájate y disfruta de la función...quizás te guste y te quedas trabajando.—Me sentó en el sofá y le dijo a una de las chicas que estaba ahí que me hiciera compañía.

—Hola.—me saludó la chica amablemente.—Me llamo Florida.—extendió su mano y la tomé para estrecharla regalándole una media sonrisa.

—Venus...

—¿Es tu nombre artístico?.—negué.—Vaya es lindo y original.—le sonreí de nuevo.—Aquí todas tenemos nombres de lugares, pero mi nombre real Adison.—me escaneó con la mirada.—Tu podrías llamarte Malibu o algo más mediterráneo...—suspiré pesadamente y bajé la mirada.—¿Quieres un trago?.—volví a negar.—Yo también estuve asustada en mi primer día, pero después de dos tragos estuve lista.

—No trabajo aquí.—La chica me escaneó con la mirada lentamente.

—Pues no vestida así.—se levantó tomando de mi mano obligándome a levantarme también pero me safé de su agarre.—Tranquila.—se echó a reír por mi reacción.—Me pidieron que te arreglara, no te haré daño.

—¿Qué me arreglaras para que?.

—Están esperando a alguien importante esta noche.—se acercó al pequeño minibar y tomó una de las botellas para servirse un shot de algo y bebérselo.—La temática es ángeles y demonios.—sonrió señalando su atuendo.—El rojo es mi color.

—Por favor, he tenido una horrible noche y sólo quiero salir de aquí.

—¿Qué talla eres?.—cerré los ojos tomando una profunda respiración. Hablar con esta chica era en vano.—Ven.—extendió su mano hacia mi mientras sonreía y no tuve más opción que tomar su mano y seguirle la corriente.

Entramos a una especie de camerino, al menos no habían luces brillantes y mis ojos y mi jaqueca lo agradecieron porque entre la música y la terrible iluminación me estaba volviendo loca.

Me sentó en un banco frente a un tocador y me recogió el cabello en una media cola mientras me analizaba en el espejo.

—Tienes lindas facciones. ¿Te operaste la nariz?.—negué.—Eres preciosa, te quedará bien ser un ángel.—suspiré bajando la mirada.

La chica se encargó de hacerme un peinado en el cabello, en todo el rato que estuvo peinándome sólo quería llorar, estaba demasiado asustada y tuve que unir mis manos y apretarlas sobre mi regazo porque estaba temblando.

Se me estaba haciendo difícil apegarme al plan de Luke, debía cooperar pero en lo único que podía pensar era en escapar de ese lugar. Mi instinto de supervivencia estuvo alerta en todo momento.

El maquillaje me pareció horrible, estaba demasiado cargado y me veía como una prostituta, estaba evitando verme al espejo porque ni me reconocía. Mi ansiedad empeoró cuando fue el turno de quitarme la ropa.

𝐶𝑜𝑛𝑓𝑒𝑠𝑠𝑖𝑜𝑛𝑠 𝑂𝑓 𝑀𝑦 𝐵𝑟𝑜𝑘𝑒𝑛 𝐻𝑒𝑎𝑟𝑡 | 𝙇. 𝙃𝙚𝙢𝙢𝙞𝙣𝙜𝙨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora